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El caso Ayoyzinapa: cuestión indignante

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                                                                           René Sánchez García.

La educación pública nacional se encuentra sumamente indignada, molesta y al punto de la ebullición. Entre el anochecer y el alba de los días 26 y 27 de septiembre pasado, un grupo de jóvenes alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, fueron brutalmente reprimidos por las fuerzas del orden a la entrada del municipio de Iguala en el Estado de Guerrero. Se trata de 6 alumnos asesinados y 43 estudiantes que aún se encuentran en calidad de desaparecidos. Este hecho indignante y brutal no sólo ha traspasado los límites geográficos de dicha entidad, sino que ha  repercutido en toda la nación, pero más aún, ahora se han sumado muchos países extranjeros que la condenan severamente.

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De acuerdo con los testimonios de la prensa escrita nacional y extranjera, este hecho, al igual que el caso de Tlatlaya, donde el 30 de junio en una bodega de San Pedro Limón en el Estado de México, 22 jóvenes fueron levantados y ejecutados por soldados, supuestamente porque los ahora occisos pertenecían a bandas de narcotraficantes, es una muestra clara, dicen, de cómo los tres niveles de gobierno en esos dos estados y en muchos más, los poderes oficiales han sido rebasados por la delincuencia organizada. En este momento, pese a la intervención de organismos internacionales que exigen castigo para los culpables de estos dos hechos indignantes, las autoridades sólo se han limitado a lamentar los hechos por medio de discursos y no han podido localizar a los estudiantes normalistas desaparecidos. Se han encontrado varias fosas con cadáveres, pero ninguna con los “restos” de los estudiantes normalistas.

Mientras todo esto sucede, miles de estudiantes normalistas en varias partes de la república han realizado marchas para exigir su única demanda: “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, a lo cual se han sumado ya estudiantes de nivel superior como la UNAM, el Politécnico, la Universidad de la Ciudad de México en el Distrito Federal. En el caso de Veracruz, la Escuela Normal Veracruzana, la Universidad Veracruzana y otras se han manifestado realizando paro de labores por uno o dos días. Ya ni que decir lo que sucede en las redes sociales, donde las muestras de apoyo se multiplican a diario. Todo parece apuntar que en pocos días o en un futuro muy cercano, que el presidente del municipio de Iguala (en este momento prófugo) pagará duramente los platos rotos como el principal culpable de este suceso vergonzoso, el gobernador de Guerrero será separado del cargo, el PRD será duramente criticado y perderá las elecciones en caso de una nueva elección extraordinaria y el gobierno federal saldrá victorioso. Todo a cambio de que la negligencia, la complicidad y la impunidad sigan reinando en este país sin memoria y en donde no pasa absolutamente nada.

sagare32@outlook.com

 

 

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