Hablemos de Base Ball

Grandes Ligas en México.

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Por Héctor Rebolledo M.

 

Hace unos días tuvimos la primera serie de Grandes Ligas allá en la ciudad de Monterrey entre los Cardenales de San Luís y los Rojos de Cincinnati donde hubo división de honores y los juegos resultaron muy emocionantes en un estadio bellísimo y con un tiempo magnífico propio para jugar base ball.  El público respondió como siempre y los que regresaron muy contentos fueron mi tocayo Héctor Pelayo y Don Adán Cessa que como siempre asisten a este tipo de eventos (foto), por cierto que hay muchos latinos en ambos equipos y manifestaron abiertamente que se sentían muy a gusto de estar en México y del magnífico recibimiento  que tuvieron de los fanáticos que abarrotaron el estadio Sultán.

Las transmisiones por televisión resultaron de magnífica calidad y nosotros y los buenos aficionados estuvimos muy felices, ahora a esperar la próxima serie a principios del mes de mayo entre los Astros de Houston y los Angelinos de California… Dos juegos en el mismo estadio y se informa que ya no hay boletos.

No cabe duda que al aficionado mexicano hay que darle buen espectáculo y siempre responderá, aclaramos que estos juegos son dentro de la temporada regular y los equipos se presentan con todos sus rosters completos… Agradecemos a mi tocayo el magnífico regalo que nos trajo.

La semana pasada allá en el mejor base ball del mundo, Billy Hamilton, center field de los Royals de Kansas City, realizó un pisa y corre de segunda a home con un profundo elevado.  Nos extrañó muchísimo que ni los locutores, la prensa, ni las redes hayan hecho mención del jarocho Beto Ávila quien en su pleno apogeo en las Grandes Ligas había hecho esta hazaña, es más, también lo hizo en la liga invernal veracruzana en un juego de estrellas entre la liga de la costa y la invernal veracruzana.  Se demuestra la falta de conocimiento de los nuevos informadores pero siempre es bueno que la afición recuerde este hecho… Para hacer esta jugada se necesita más que velocidad, mucha habilidad y eso es lo que le sobraba a Beto Ávila.

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