Peñaloza Deportivo

LA IMPUNIDAD DE BOY

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Pedro Peñaloza

¡Contra la injusticia y la impunidad!
Ni perdón ni olvido
Bertolt Brecht

ES alarmante que la FMF, con sus campañas de lucha contra la violencia en los estadios y que ha repudiado los enfrentamientos entre barras y policías hasta el cansancio, ¡únicamente sancione con dos partidos de castigo a Tomás Boy por propinarle un golpe a un aficionado! En cualquier parte del mundo que se practique seriamente el futbol, esta acción sería causa de despido y un castigo ejemplar para el entrenador. Pero, sabemos que en la “flamante” Liga MX se aplica el reglamento según las amistades y los negocios.
No es de sorprendernos que la nueva directiva del Atlas haya negociado y presionado a la Comisión Disciplinaria para que no le aplicaran la sanción correspondiente al entrenador rojinegro, ya que en el reglamento indica que el castigo debería haber sido de entre diez y doce partidos de suspensión, lo que alejaría a Boy de las canchas el resto del torneo. Con esto, queda claro que las televisoras dictan y mandan en la liga y que son ellas las que dirigen nuestro futbol.
Por otro lado, es de llamar la atención la actitud prepotente y las justificaciones del entrenador rojinegro, asumiéndose la víctima de lo sucedido. Sí, se disculpó con el aficionado pero también contestó que actuó como cualquier persona, aunque en un estadio el entrenador nunca es cualquier persona. Él sabe, desde que se asume la dirección técnica de un equipo, que los gritos en el estadio en contra y a favor son parte del espectáculo, imagínense que los jugadores, directivos o entrenadores se subieran a golpear con los aficionados cada vez que les gritaran en una derrota, sería el caos.
En un país sumido en la violencia, en dónde los jóvenes encuentran casi como única distracción el deporte y en particular al futbol, que no se castigue este tipo de actitudes representa un retroceso por donde se le mire. Lástima.

LA MEDIOCRIDAD RONDA EN PUMAS
Las más recientes declaraciones de Marco Palacios indican las pocas aspiraciones que tiene Pumas en este torneo. El jugador universitario mencionó que “irregular sería si no entráramos a la liguilla, los que califican hacen un buen torneo” (La Afición, 23/10/2014). Tal vez el defensa central no sabe qué significa el término irregular, revisemos los números del equipo: hasta el momento se han jugado 13 jornadas, de las cuales los felinos solamente han ganado en cuatro encuentros, esto quiere decir que el 70% de los partidos los han perdido o empatado. Con sus cuatro empates y cuatro victorias suman dieciséis puntos de 39 disputados, lo que les da una efectividad del 41.3%. Ahora bien, se encuentran en el lugar once de la tabla a un solo punto de alcanzar al octavo lugar y con grandes posibilidades de calificar, sin embargo, pensar que con una efectividad tan baja y sin una sola victoria en casa se pueda pensar que sí se califica a la liguilla significa que se hizo un buen torneo. Parecerían para Ripley las declaraciones del “Pikolín”, porque aun sabiendo que el torneo mexicano premia la irregularidad y la mediocridad él se asume parte de ese sistema. Ver para creer.

UNA MÁQUINA DESCARRILADA

La situación de Cruz Azul se acerca cada vez más a una crisis. Ya con varios años sin poder ser campeón en un torneo corto, se le suma ahora una eliminación en la fase de grupos en el “dificilísimo” torneo de Concachampions, lo cual por donde se le mire es un fracaso rotundo, porque una institución como la cementera debe siempre estar peleando los primero puestos.
Un reflejo de la situación que vive hoy el equipo se avivó al terminar el partido contra el Alajuelense, cuando varios jugadores de La Máquina fueron protagonistas de una trifulca en la cancha que pudo tener consecuencias mayores, ya que la gente viendo la pelea se pudo haber metido al terreno. Los problemas que arrastra el equipo son muchos, pero el principal son las malas decisiones que ha hecho la directiva al contratar jugadores, esto debido a que desde hace mucho tiempo las decisiones las toma un representante y no la institución. Hasta cuándo va a resistir la afición que su equipo esté secuestrado por unos directivos que sólo buscan su ganancia personal. Veremos.
Algo Más. El Chepo De la Torre debe estar sorprendido de lo mal que se encuentran las Chivas. Pensó que iba a ser más fácil imponer su estilo de juego y así poder rescatar al equipo. Pero, después de dos partidos y de saber con lo que cuenta para el próximo torneo, seguramente se ha de estar arrepintiendo de haberse echado la responsabilidad de este proyecto que va camino al precipicio.

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