Pedro Peñaloza

Otros Partidos ¿Nuevas Opciones?

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Pedro Peñaloza

“El peor castigo para quienes no se interesan en la política

es ser gobernados por quienes sí se interesan”.

Arnold J. Toynbee

 
1. Democracia de párvulos. Un sistema de cuentagotas, resistente a los cambios, obcecado con la rutina, marrullero y sectario; en efecto, un aparato diseñado para restringir derechos y regatear libertades. Por eso, entre otras cosas, hoy se festina y se repudia el acceso legal a tres nuevos partidos. La comodidad en la que viven los actuales hizo que se buscaran obstáculos legales para acceder al reconocimiento oficial.

2. Partidos de temporal y a la carta. La larga noche del priismo sólo permitió la existencia legal de unos cuantos partidos. El PRI heredero del PNR y del PRM, se desarrolló como contenedor de movimientos sociales, como síntesis del corporativismo y para servir abyectamente a la burocracia política. Pese al dominio violento e ideológico que ejerció el partido tricolor, tuvo que ceder y aceptar la existencia de otras expresiones partidarias. La derecha y las izquierdas fueron reconocidas legalmente como válvulas de escape y por la necesidad de un sistema asfixiante y depredador. El registro, esto es, el reconocimiento, se decidía en las oficinas de Los Pinos y en las de Bucareli, se calculaban costos y beneficios, se les ponían condiciones a sus dirigentes, los chantajeaban y les advertían. Eran los tiempos del monopolio del sistema electoral, desde las casillas hasta el absurdo colegio electoral. Partidos sometidos a los guiños y a las amenazas de los operadores políticos del sistema. Mandarines, pillos y trúhanes que desde la posesión de la bolsa presupuestal sometían a dirigentes partidarios oportunistas y medrosos.

3. Elecciones y selecciones. Los partidos mexicanos, son en esencia y más allá de la conceptualización de la ciencia política, grupos cerrados y sectarios. Los procesos de selección de candidatos y representantes es un casino de favores y de pagos. Los ungidos actúan para defender los intereses de quien los nombró, poco les importan las ideas y el desarrollo de propuestas que modifique el estado de cosas. La cultura dominante en todos los partidos ha sido la abrevada del ADN priísta. Cargadas, simulaciones, favoritismos, corporativismos, en síntesis el impulso a la mediocridad y a la incondicionalidad. Por eso, las formaciones políticas de hoy resultan incapaces de ofrecer alternativas cualitativamente distintas a la que la clase en el poder cocina y diseña desde sus oficinas. Están impedidos ideológica y organizativamente. Su papel de agencia de colocaciones es prioritaria sobre cualquier otra actividad.

4. Movimientos huérfanos y partidos clandestinos. La agenda legislativa poco tiene que ver con las asignaturas de la vida cotidiana de la población asalariada. Los legisladores trazan sus tareas a partir de los reflejos y dictados del Tlatoani presidencial. En realidad, sus periodos de trabajo son pocos y restringidos a los puntos que marca la constitución y que se constriñen a los procesos presupuestales y a los de ingresos. Por eso, el Congreso de la Unión es un espacio clandestino para las masas empobrecidas, apenas se asoman a la vida en el canal del Congreso, pero los temas que se ventilan no reflejan a cabalidad los retos y desafíos del mundo terrenal de los ciudadanos de a pie.

5. Tres opciones ¿Son incógnitas? No prejuzguemos, pero se ve más que difícil que los tres nuevos partidos (MORENA, Encuentro Social y Partido Humanista), puedan modificar significativamente el panorama partidario. Se enfrentarán a una realidad marcada por el desinterés y el repudio, la incredulidad y el desgano, lo cual los llevará a las arenas movedizas de la disputa de lo abstracto. Así que, pese a la sed de cambio, la sequía partidaria seguirá vigente.

pedropenaloza@yahoo.com

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