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Una Feria donde todos van por su feria

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Mary Paz Monzón Rojas

Hoy que se encuentra el tema de la Feria de Coatepec en boca de todos, en la prensa, comentarios de café y hasta desacuerdos en cabildo. Me parece oportuno recuperar un testimonio documental que para mi gusto es el corazón y espíritu de la Feria del Café. Escrito por el Padre Bernardo Villarreal. Apuntes que registran la memoria de hombres y mujeres que con su esfuerzo y amor a su terruño organizaron un evento para celebrar y compartir las bondades de su tierra.

La Feria del Café Coatepec, originalmente diseñada para promover sus productos a todo México, y como atractivo el programa artístico aderezaba la fiesta, pero no era la prioridad. Aunque presentaban a los mejores artistas del momento de la radio y la televisión. La difusión estratégica que incluía en los programas de Jacobo Zabludovsky y Raúl Velasco, visitas a los diarios de circulación nacional tejía una red de relaciones públicas que significaron recursos económicos de Secretarias del Gobierno Federal, al propio Gobernador y representantes del Presidente de la República. Este esfuerzo convirtió a la Feria en una de las más atractivas del país en términos comerciales. Un proyecto artístico y comercial para beneficio de toda la comunidad, donde desfilaron ciudadanos honorables que brindaron su trabajo con cariño a Coatepec.

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Para darnos cuenta la distancia que separa a los nuevos eventos vale la pena recordar los orígenes de nuestra Feria, a través de una breve reseña del ensayo del Padre Bernardo Villareal intitulado “Ecos de la Segunda Feria del Café Coatepec 1970”.

 

 

Mayo del 1968, en palacio municipal el entonces alcalde, “Joaquín Alcántara Tolentino, convocó para designar comisiones “pro fiestas navideñas”, que se escenificaron en el Parque, y fue precisamente entonces cuando, con desbordante optimismo, externó su proyecto, y en todos sembró la inquietud, de celebrar en Coatepec la 2ª. feria del Café”. Meses después la idea tomó cuerpo se integraron honorables y eficientes Mesa Directiva, que se responsabilizó de la planeación, promoción y ejecución de la Feria “en filial homenaje a Coatepec”….Se reunían en las oficinas de la Asociación Agrícola, “reuniones diarias, con inherentes discusiones, propuestas, opiniones y experiencias que propiciaron la luz que iluminó el derrotero a seguir”….Se esbozó primero, y se pormenorizó después, un bien estudiado organigrama, del que, como lógica secuela, surgieron las numerosas comisiones coordinadoras de todos y cada uno de los festejos que solemnizarían la Feria”.

Don Bernardo Villareal, nos va describiendo los viajes a la capital y otros lugares a sondear el sentir de personajes de la política, e instituciones. Antesalas, citas, invitaciones, incluidas las aportaciones económicas y en especie de coatepecanos residentes fuera de su “patria chica”. Otros regresaban alegres por el éxito de las gestiones, contratación de artistas y confirmación de la participación de carreras de caballos, jaripeo, y palenque. El programa tomaba forma, las candidatas a reinas Ana Rosa, Judith y Miky se presentaron en los mejores programas de tv como Siempre en Domingo y Nostalgia de Jorge Saldaña. “En síntesis, un disciplinado ejército, de laboriosos cerebros consagráronse, durante meses…que coronaría sus desvelos con la satisfacción del éxito incontrovertible, a vivo pulso conquistado”.

Una semana antes se pintaban las fachadas de edificios y palacio, llegaban camiones con los preparativos para la construcción de stands, cerraban calles oficiales de tránsito para los trabajos que originaban molestia, pero la población comprendía y cooperaba diciendo: ¡Todo sea por Coatepec!.

Acudieron a la inauguración el Gobernador, Murillo Vidal, acompañado del Secretario de Agricultura y Ganadería, Juan Gil Preciado; y el Director del Instituto del Café, Miguel Ángel Cordera, caminaron por las calles coronaron a la Reina II Ana Rosa con una “corona elaborada en plata de ley por nuestro máximo orfebre, Isaías Contreras, una auténtica obra de arte, los ramos de cafeto en plenitud de floración y fruto bordadas en filigrana de plata”.

En aquellos tiempos, como ustedes pueden ver era una verdadera participación ciudadana. En el texto usted podrá encontrar nombres de personajes, negocios y productos de aquella época que dieron lustre a su terruño. El mes de mayo en Coatepec fue punto de reunión sin distinción y donde todos incluidos los trabajadores del campo tenían dinero en sus bolsillos se promovía la fusión de riqueza natural y trabajo que nos distinguió en su momento. Atractivo comercial y turístico imperdible que generó buena imagen a nivel nacional y las ganancias se destinaban a obras sociales, un evento incluyente donde participaban y ganaban todos los pobladores de la región. La Feria no fue una ocurrencia o una fuente de ingresos para organizadores, no se utilizaba dinero público para convertirse en deuda pública. La reina no era por dedazo.

Estas letras no son solo citas y recuerdos, son lecciones de organización en tiempos donde hombres y mujeres trabajan por su tierra, sin envidias, ni afanes protagónicos, para beneficio personal…

Hoy simplemente es diferente, pero no mejor. Una feria donde todos van por su feria.

 

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