10 DE ABRIL, #QUEDATE EN CASA
10 DE ABRIL, #QUEDATE EN CASA
Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
Han sido muchos los agravios
como para dar carta blanca a una cantada maniobra lopezobradorista encaminada a
la extensión de su mandato.
El pueblo de México ya pagó el
costo del “Experimento Peje” como para seguir pasando por alto ese afán de continuismo…
de más de lo mismo.
No votar es participar. Es
poner un hasta aquí al abuso de poder.
A no más mentiras, ni ofensas
sin fin, sumadas al empobrecimiento social inesperado y una seguridad pública
fuera de control que suma cada día pilas de cadáveres.
Hoy, lo más importante es
reflexionar sobre cómo poner un alto a esa imparable corrupción, nepotismo y repetido
fracaso en los grandes proyectos nacionales como la terminal aérea “Felipe Ángeles”.
En cómo atajar la destrucción
masiva del ecosistema que está provocando el proyecto del “Tren Maya” sobre la
reserva mundial del sureste. En cómo detener la cascada de dinero entregado al
proyecto “Dos Bocas”, asentado sobre un lago… pero de corrupción encabezado por
Rocío Nahle.
En cómo como no hacerle el
caldo gordo a López Obrador acudiendo a sufragar para que siga en la
Presidencia, cuando de todos modos no se irá ya que lo que busca no es
precisamente la reelección, sino la continuidad de su mandato “porque el pueblo
me lo demanda”.
No se puede ser tan lineal
-como los chairos- para creer que la votación del 10 de abril será un ejercicio
democrático, cuando hay una abierta manipulación preelectoral luego de echar
abajo la veda por un decreto legislativo, impulsado por “Gutierritos”, que abrió
las compuertas a la ilegalidad permitiendo al mismo tiempo gastos millonarios
por propaganda.
No se puede ser tan ingenuo
como para no pensar que tras el circo de la “Revocación” se esconde la urgencia
autoritaria de desaparecer el Instituto Nacional Electoral, último baluarte del
juego de la democracia.
La Revocación del Mandato no
es más que la continuidad de la farsa de los gobernantes autoritarios.
Es el ejercicio iniciado por
Fidel Castro, seguido por Hugo Chávez, Maduro y repetido por Evo Morales o
Daniel Ortega, vía elecciones fraudulentas, para mantenerse en el cargo
“gracias a la voluntad del pueblo sabio”.
Para López Obrador, la
elección del 10 de abril representa la urgencia de saber como está el pulso
ciudadano después de una desastrosa gestión.
Significa saber dónde se
encuentra su nivel de popularidad ante la debacle acelerada tras el escándalo
de la “Casa Gris”.
Ya por lo pronto, después de
la micromuestra del pasado domingo en donde hubo elecciones extraordinarias en
dos importantes bastiones de Morena -Veracruz y Oaxaca- donde la gente les dio
la espalda, se encendió el foco rojo de Palacio Nacional.
Fue el resultado natural del
hartazgo, como lo fue en la elección intermedia del 6 de junio del año pasado
en donde un descuido y ¡Pum! los morenos perdieron la mitad de la votación de
la ciudad de México, llevándose la oposición 8 millones de votos.
No votar la consulta es atajar
un fraude cantado.
Tan cantado que en maniobras
legaloides cambiaron de última la pregunta a votar, en argucia legislativa
cambiaron la ley para permitir una propagada descomunal y desataron una cascada
de amenazas a los beneficiarios de los programas sociales “¡o votas por AMLO o
no hay apoyo!”.
Todo con cargo al erario, es
decir, con cargo a los bolsillos de los contribuyentes.
Hoy la desesperación política
se finca en una alta participación ciudadana que permita la extensión del
mandato porque el pueblo quiere y porque una derrota no cabe en la mente de un
autócrata que en 20 años -en cuatro elecciones- jamás aceptó una derrota.
La del domingo 10 de abril
será el juego del ganas-ganas ya que en el extremo de que todo mundo saliera a
vota en contra de López Obrador, sería su partido el que eligiera quien lo
sustituyera y sería uno de los suyos como Fernández Noroña.
Queda claro, por tanto, que no
votar, es una forma legítima de participar y presentar desde el vacío un frente
común en contra de los empeños dictatoriales.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo