Ética para migrantes
Por: Pedro Peñaloza
No me creas demasiado optimista; conozco a mi país, y a muchos otros que lo rodean. Pero hay signos, hay signos.
Julio Cortázar
1. La ética de la ganancia. El ciudadano presidente de la República, ha declarado recientemente en California, que «las medidas contra migrantes son éticamente reprobables y contrarias a una responsabilidad compartida entre México y Estados Unidos». ¡Caramba! decir eso es muy delicado, y lo es, yaque implica una enorme subestimacióna los elementos que están involucrados en un problema tan complejo.
En primer término, hay que señalar que las relaciones que tienen ambos países no están basadas en el campo de la ética, lejos de ello, descansan en relaciones económicas y de subordinación. Es una fría y practica relación de división internacional del trabajo, donde México mantiene una relación umbilical con la economía máspoderosa del planeta. Solo eso.
Asimismo, hay que enfatizar que las relaciones en el mundo capitalista son deshumanizadas y de explotación. El único objetivo del capitalismo es la ganancia, no hay sentimientos, no hay concesiones, ni mucho menos respeto a los miserables, a los distintos. Solo se ve al mundo desde el cristal de los números rojos y negros.
Nolicenciado Peña Nieto, el trato cruel que se les aplica a los migrantes es bajo la concepción de que son seres inferiores, que son escoria social y que no representan ninguna ganancia para los vecinos del norte; pero tampoco para México, no olvidemos el trato que se les da en territorio azteca a los migrantes centroamericanos. Así que no es un problema de ética, son simplemente expresiones clasistas y discriminadoras, propias de un sistema que se sustenta en fomentar la desigualdad y la exclusión. No ciudadano presidente, el mundo es más complejo que la emisión de frases de impacto momentáneo.
2. Un gobierno de rodillas. Y por si algo faltara en éste trato, ahora el gobierno mexicano anuncia que «La Bestia circulará más velozmente», para evitar que los migrantes hagan uso del tren en su traslado a Estados Unidos. Claro, el discurso que pretende «endulzar» semejante decisión, sostiene que es para, «proteger los derechos de los migrantes». ¿Alguien lo cree?
Muy bien, suponiendo que se evite que los migrantes se suban al tren ¿esto evitara el desplazamiento de centroamericanos y mexicanos hacia el país del norte? Por favor, se pretende, absurdamente, con una medida de fuerza y superficial, enfrentar un fenómeno de carácter estructural y regional, que requiere respuestas multifocales y sistémicas, que atiendan los orígenes multifactoriales que originan los masivos movimientos de miles de personas hacia la consecución del llamado «sueño americano». Esta reacción de la burocracia mexicana, es seguramente un pedimento de la Casa Blanca, no se puede explicar de otra manera, lo que corrobora la subordinación que ejerce el Gobierno norteamericano a la clase política de nuestro país.
Lo que sí está a la vista, es que no se detendrá el masivo movimiento de personas, pero sí se incrementarán sus riesgos, se encarecerá la corrupción, los «polleros» obtendrán mayores ganancias y la búsqueda por evadir la vigilancia de la guardia nacional y de los servicios de migración harán que la porosidad de la frontera se convierta en un campo de batalla más cruento, más violento y lleno de tragedias para todos los segmentos de migrantes, especialmente para los niños no acompañados. Y en efecto, la soberbia del Gobierno que encabeza Obama (aunque se disfrace de oveja), ahora se ha combinado con la docilidad e incapacidad de los gobiernos centroamericanos y del mexicano, que son expulsores de seres desesperados y maltratados por las políticas de segregación social. Ni más ni menos.
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