17 DE FEBRERO EL DÍA DEL INVENTOR MEXICANO
17 DE FEBRERO EL DÍA DEL INVENTOR MEXICANO
· Es
necesario aprender a manejarla en nuestro beneficio; si es positiva “se asocia
con acciones más de creatividad”: María Montero, docente e investigadora de la
Facultad de Psicología
Rafael
Paz
De acuerdo
con la Organización Mundial de la Salud. Lo más importante al
abordar el tema de la soledad, afirma María Montero y López Lena –docente e
investigadora de la Facultad de Psicología– es comprender que ésta no
necesariamente conduce a un estado depresivo y que incluso puede ser benéfica
para quien ha aprendido a gestionar sus emociones.
La
investigadora, quien dedicó su tesis doctoral al tema, comenta que en sus
indagaciones ha encontrado que la soledad es un estresor, ya que “es resultado
de la percepción de carencias afectivas, reales o subjetivas. ¿Por qué es un
estresor? Porque depende de los recursos socioafectivos con los que cuente la
persona para enfrentar dicha experiencia. Desde el punto de vista psicológico,
la soledad tiene una faceta negativa, vinculada con el desequilibrio entre la
cantidad de afecto que la persona requiere y la que cree recibir. En contraste,
también hay evidencia científica que vincula a la soledad con procesos más
complejos como la creatividad. En consecuencia, se concibe como un fenómeno
esencialmente subjetivo, el cual puede conducir a estados depresivos o bien de
éxtasis asociados con el autoconocimiento”.
En
México, según la Secretaría de Salud (https://www.gob.mx/salud/prensa/008-en-mexico-3-6-millones-de-personas-adultas-padecen-depresion)
3.6 millones de personas adultas padecen depresión, una cifra que el organismo
gubernamental afirma creció después de la pandemia como sucedió en otros
países. La Organización Mundial de la Salud (OMS) (https://www.who.int/es/news/item/15-11-2023-who-launches-commission-to-foster-social-connection)
señala que el problema de soledad ha aumentado tanto que creó la Comisión de la
OMS sobre Conexión Social.
La
nueva oficina nace “con miras a hacer frente a la soledad como una amenaza
apremiante para la salud, promover las relaciones sociales de manera
prioritaria y acelerar la ampliación de soluciones en la materia en los países
de cualquier tipo de ingreso”, asegura la OMS y añade:
“La
falta de conexión social conlleva un riesgo equivalente, o incluso mayor, de
muerte prematura asociada con otros factores de peligros más conocidos, como el
tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la inactividad física, la obesidad
o la contaminación del aire. El aislamiento también tiene un grave efecto en la
salud física y mental: diversos estudios muestran su relación con la ansiedad y
la depresión y cómo puede incrementar el riesgo de enfermedades cardiovasculares
en un 30 %.”
Dichos
datos, considera María Montero y López Lena, subrayan la necesidad de aprender
a manejar la soledad en nuestro beneficio. Cuando es positiva, puntualiza, “se
asocia con acciones más de creatividad, de verdadero éxtasis, con estados creativos.
Hay poca literatura todavía al respecto en la que se documenta que las personas
que saben hacerlo pueden ser muy productivas y, de hecho, sobre todo hay
ejemplos en las artes”.
“Alguien
puede estar rodeado de gente –los artistas de los espectáculos– y sentirse
solo, porque no encuentra satisfacción en sus vínculos afectivos o puede estar
aparentemente excluido”, ejemplifica la universitaria.
Agrega
que uno de los problemas principales para tratar la soledad es que ésta hace
referencia a “un fenómeno absolutamente psicológico, que tiene un correlato
físico pero que no es determinante para la experiencia solitaria. El correlato
físico de la soledad es el aislamiento. Hay personas que están en aislamiento
físico pero que no se sienten solas. Por ejemplo las monjas, o los trabajadores
de plataformas marinas”.
Una
manera sencilla de identificar si la soledad nos está afectando, expone María
Montero y López Lena, es monitorear nuestro sueño.
“Cuando
la depresión ya tiene un perfil más patológico, hay alteración de sueño y en la
ingesta alimenticia –para más o para menos–, así como en el sistema
inmunológico, el cual se ‘deprime’ y el individuo es presa de infecciones más
recurrentes.”