2024 ELECCIONES Y NUEVOS GOBIERNOS
2024 ELECCIONES Y NUEVOS GOBIERNOS
Martín Quitano Martínez
Usted es libre para hacer sus elecciones,
pero es prisionero de las consecuencias.
Pablo
Neruda
En este 2024, año de
elecciones y nuevos gobiernos. Tiempos de profusa y difusa construcción de
supuestas propuestas que “se acerquen” a los sectores sociales, a ciudadanos, a
la clientela electoral que, en un alto porcentaje, pasa de largo silenciosa,
indiferente cuando menos y en muchas ocasiones gruñendo contra lo que le parece
la reedición de lo mismo de siempre, en cualquier grupo o sentido que mire.
Se consolidan los andares de
las y los aspirantes de los dos bloques en competencia nacional (de haber un tercer
participante, sería claramente el designado para el trabajo sucio del equipo en
el gobierno). Sus líneas son claramente diferenciables en sus colores, con diferencia
de matices en sus esfuerzos de enfoque para “comunicar” u “operar”, pero para
muchos de los escuchas, ambos son la reedición de los viejos usos, en uno más
que en otro, pero al fin la repetición de momentos ya vistos, de palabras que
no plantean realmente opciones frente a lo que se vive. Tal vez por ello sea
difícil que logren el respeto, la compañía de más votantes, salvo el de aquellos
que ya están “comprometidos”.
En este año 2024, se definirá más
que resultados electorales. En todas las elecciones se harán fuertemente
presentes los sentires, las emociones, las valoraciones. Desde el oficialismo
se impondrán los viejos y descarnados comportamientos que se creían rebasados y
que pretenden la continuidad de la desvergüenza institucional como sello de su
nueva e indiscutible verdad política. A contramano, observamos la cortedad de
una oposición que requiere mucho más que una candidata disruptiva; se necesita más
imaginación para llamar al acompañamiento y provocar las emociones ciudadanas
que sin duda están más allá de los partidos que le pintan sus colores.
Para la elección de Estado de
la que estamos siendo testigos, la oposición institucional, o sea, los partidos
del Frente, tienen que desplegar todas
sus capacidades, todos sus recursos financieros, humanos y materiales, toda su
fuerza de convencimiento y convocatoria para la incorporación de una ciudadanía
harta de los momentos y comportamientos presentes y que es realmente existente,
porque el gobierno apoya abiertamente a su candidata y a sus candidatos locales
con todo el aparato del estado.
Frente al “arroz cocido” que
nos ofrece la elección de Estado, al manoseo presidencial de la ley electoral y
la intromisión cínica de los gobiernos estatales, señalados por hechos incuestionables
de ignorancia, corrupción, dolo y resentimiento, la oposición debe estar a la
altura de unas elecciones donde la perspectiva oficial dice tener una
certidumbre absoluta. Será un proceso electoral oficial descarnado, con la
aplicación de recursos presupuestales fuera de la ley, donde la desvergüenza
campeará de la mano de poderes fácticos de todo tipo.
En Veracruz, el debate estará
ubicado, además de los errores del ejercicio público nacional, en las
evidencias de la terrible cotidianeidad de vida de las y los veracruzanos y en una
candidata sin arraigo real aunque legalmente habilitada siendo zacatecana, contra
una propuesta opositora que debe mostrarse seria y responsable de cara a la
banalidad y la ineptitud. Frente a la petulante ignorancia debe proponerse capacidad
y empatía; ante la intolerancia y la arbitrariedad, defender compromisos de
respeto y legalidad; frente a los rencores y los divisionismos, establecer llamados
a la unidad y a la reconciliación en la pluralidad por un Veracruz mejor para
todos.
El 2024 inicia y con él,
momentos que definen los rumbos de un país, de un estado como el nuestro, donde
a pesar de los problemas que nos agobian, le apostamos a ver la fuerza de capacidades
ciudadanas, que más allá de las preferencias de signo o color, obliguen a las
clases políticas todas, a estar a la altura de nuestras difíciles condiciones y
que la discusión política que está y vendrá más acentuadamente, transite por caminos que nos den la
oportunidad de superar las preocupaciones que ya ahora ensombrecen la jornada
de junio.
DE LA BITÁCORA DE LA
TÍA QUETA
Los gobernantes que intervienen en las elecciones
cometen un delito. Cumplir la ley es su obligación no un acto de buena fe.
X: @mquim1962