21 años
21 años
“A la muerte se le toma de
frente con valor y después se le invita a una copa”
Edar Allan Poe
Pedro Peñaloza
¿Qué hemos hecho sin ti? Es
una pregunta que nos hacemos diariamente, que nos acompaña como nuestra sombra.
No, no nos hemos acostumbrado a vivir sin ti, tampoco nos hemos resignado. No
hemos encontrado consuelo con el tiempo. El olvido no aparece en nuestra
memoria. Somos constantes. Parecemos necios. Lo somos. Admitimos nuestra
impertinencia. Reñimos con la realidad. La muerte vino y te llevó. Así es la
vida. Empezamos a morir desde que nacemos. Sí, esa es la frase que debía ser
nuestro cataplasma tranquilizador.
No estás aquí. Apelemos a la
historia, a ese conjunto de hechos que te hospedan en este texto, que amalgama
palabras y letras. Arrastro los dedos y escribo, te imagino. Lloro, no cesan
las gotas de sal, se convierten en lluvia. Invaden mi boca.
¿En verdad te fuiste? Por
aquí pululas y te paseas. Te veo en la claridad de la oscuridad. Sonríes. Me
hablas, me alertas, me tranquilizas. Me abrazas. Me aferro a ti. Te beso y
despierto, momento frustrante, ya no estás. Quedó tu olor, tú perfume, como
aquella madrugada en Yokohama, Japón, en un hotel de cuarenta pisos.
Te fuiste en una fase clave
en tu vida, llena de retos y desafíos. Te cambiarías de ciudad, jugarías en el
equipo más popular de México, el de puros mexicanos. Dejarías a tu querido
club, ese que representa a mi casa de estudios y de docencia, ese espacio
académico de tus amados hermanos, Emilano y Lidice Estelí.
Tu estoicismo fue
impresionante. Soportaste la miseria humana en su máxima expresión. Entrenadores
y directivos mercenarios y vividores. Abusivos e impunes. Depredadores del
espíritu deportivo. Negociantes de dignidades y especialistas en la simulación.
Y por ahí andan varios de ellos, con sus máscaras de buenos y hasta de ídolos.
La náusea.
Nada te detuvo. Seguiste y
las canchas fueron los espacios para exhibir tu talento, de aquella técnica
privilegiada y la sangre fría para exponer el balón en condiciones críticas y
emocionantes. Tus playeras de México y de Pumas fueron portadas con coraje y entrega.
Sin regateos.
Hoy, 21 años sin ti, pero
siempre contigo. Se fue tu abuelita Elenita, que tanto te amaba. Cumplo 21 años
de escribirte cada año. Aquí estamos, añorándote mucho y muchos. Tus hermanos
Emiliano y Lidice Estelí me acompañan en esta sed de ti. Te evocamos desde
éstas líneas que ojalá leyeras. Como siempre, te besamos con amor.
pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz