8 de marzo: día de la mujer empoderada
Por Linda Rubí Martínez Díaz
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, la desigualdad de género ha sido algo común en la sociedad al grado de parecer natural, como si por definición mujeres y hombres no fueran de alguna manera, iguales. Es pertinente comentar que en efecto, hay una diferencia crucial entre unos y otros, no sólo biológica sino también cultural; sin embargo, reconocer estas diferencias no implica que tenga que haber una relación forzosa de poder, así como tampoco considerar a unos superiores por su género. La igualdad debe mantenerse en términos de equidad, en la que se reconocen las diferencias sustanciales, pero se defiende la igualdad de derechos ante la ley.
Hoy en día, las luchas por la igualdad y el respeto a las diferencias han permitido que la ley obligue la incorporación de las mujeres en la vida política. El empoderamiento femenino se ha incrementado de una forma notable, y creo que hemos sabido demostrar que las diferencias de género no son relevantes cuando se trata del destino de nuestro país. No somos una mera imagen publicitaria pues tenemos ideas que influyen directamente en la defensa del bien común.
En este sentido, viene a mi mente una frase de Graciela Hierro, filósofa feminista mexicana que precisamente reconocía nuestro valor como mujeres por nosotros mismas, empoderadas pero no para oprimir sino para ejercer nuestros derechos de otra forma: “Las mujeres no querernos ser hombres sino mujeres; no queremos educarnos como .hombres ni gobernar como hombres ni crear como hombres ni amar como hombres. Deseamos ejercer nuestra vida desde un cuerpo de mujer que nos pertenece; trabajar, amar y compartir con los hombres la creación de otra forma de ser humano y libre”.
Aunque se conmemora el 8 de marzo por la lucha laboral de las mujeres, debemos también celebrar que esto marcó un antes y un después en las luchas por la libertad de todos. Porque más allá de las diferencias, debemos defendernos de quien nos oprime, sea un patriarcado real o disfrazado.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.