8M NO SE FELICITA SE RECONOCE
Por Sara Gabriela Palacios
Hernández
Desde 1975 la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) declara que el 8 de marzo como Día Internacional de las Mujeres…
¿por qué no es una celebración? Porque este día se recuerda la muerte de
mujeres en Nueva York en 1911, las cuales trabajaban en condiciones
infrahumanas y por tal motivo al incendiarse su espacio de trabajo no tuvieron
la posibilidad de salir.
En otras versiones se maneja que en 1857 hubo
un grupo de mujeres salieron a las calles a exigir igualdad de salarios y
condiciones de trabajo. Por tal motivo no es un día para celebrar sino de
recordatorio y remembranza de estas mujeres que nos antecedieron en la lucha por
la igualdad y equidad.
Es muy común escuchar a las personas y me
refiero a hombres y mujeres que en este día nos feliciten por ser unas
excelentes mujeres, pero sin saber el real trasfondo de las cosas, sabemos que
es un proceso de reingeniería de paradigmas, que actualmente ya hay menos
reticencia a visibilizar el tema de igualdad, sin embargo, esto va más allá de
flores y bombones, la realidad es que no es una fiesta, sino un reconocimiento
a las mujeres en todos los ámbitos de trabajo tanto en lo público como en lo
privado.
La sociedad en
general tiene deudas pendientes con todos los sectores donde las mujeres nos
desenvolvemos; en el laboral, la igualdad de salarios; en la justicia, la
falta de esta a crímenes contra las mujeres; en el campo, la no tenencia de la
tierra a las mujeres les corresponde; en el hogar, la no igualdad de trabajo
con la pareja. En la escuela, el acoso y la violencia hacia las adolescentes,
en consecuencia el alto índice de violencia en el noviazgo y los embarazos
adolescentes.
Asignaturas
pendientes que el gobierno en sus tres poderes y sus tres niveles de gobierno,
tiene que oír las voces cada vez más potentes, pero también en la ciudadanía
que dentro de las casa tiene todo el poder de ejercer para crear y criar
adultos libres de violencia.
Por todo ello el 8 no se celebra, se conmemora y jamás se
olvidará… No se felicita, se reconoce.
El reto como sociedad es luchar por las convergencias para una mejor sociedad
en lo privado y lo público, este rubro es trabajar de la mano con las
instituciones, que está dirigidas y estructuradas por seres que provienen de
una educación familiar disfuncional.
Por eso a partir de hoy reconozcamos y no felicitamos a las mujeres de nuestras
vidas. Y a los varones que existen muchos, sean actores activos en la
construcción una sociedad libre de violencia, en igualdad y equitativa.