A 10 años de Coatepec como Pueblo Mágico
Linda Rubí Martínez Díaz
Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. Coatepec es un municipio con una riqueza impresionante en tradiciones, vegetación, en productos únicos en el país, así como en su gente. De aquí se ha producido el mejor café del mundo, artistas de corte internacional, grandes políticos, así como intelectuales de toda índole. Y, además, desde 2006 fue uno de los primeros municipios seleccionados para participar en el programa de Pueblos Mágicos, reconocimiento que ha mantenido pese a muchas circunstancias que han puesto en entredicho su permanencia en el programa.
El rescate de la cultura y las tradiciones es crucial para permanecer como pueblo mágico. El objetivo es no perder aquello que contribuyó a la creación del presente de Coatepec, sus historias, símbolos, personajes, manifestaciones socio-culturales, los cuales son una oportunidad para aprovechar el turismo cultural. Sin embargo, a veces se confunde atraer visitantes para generar una derrama económica continua, con el rescate rentable de lo que queremos mostrar al mundo. Ahora, muchos lugares que pretenden vender por vender, han dejado de lado el objetivo primordial de revalorarse a sí mismos. Y ello ha provocado una alta proliferación del ambulantaje que ningún producto local ofrecen, eventos que poco se conectan con tradiciones y costumbres originarias, y una desorientación sobre los valores identitarios. Es triste saber que luego del café, la gente de lugares cercanos viene a Coatepec por los churros, las películas piratas o por la presentación de eventos que se replican en cualquier plaza.
El reordenamiento de la ciudad es crucial no solo para cumplir con el programa, sino más aún, para promover lo que es endémico de nuestro municipio. Es importante que todos tengan la oportunidad de participar en ello, pues es comprensible que la gente busque formas para generar ingresos propios; sin embargo, deben crearse lugares específicos para ello, y las actividades culturales deben orientarse para rescatar las tradiciones reales. Evitemos el error que ya están cometiendo otros pueblos mágicos, que han sucumbido a los fines mercantilistas.
Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.
