A Fernando Yunes, el cargo le quedó enorme
HORA LIBRE
Álvaro Belin Andrade
Hay maderas que no agarran el barniz. Un caso patético es el del presidente municipal de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, por cuya alcaldía el padre destinó pingües recursos públicos y hoy enfrenta la posibilidad de que le sigan proceso penal como a su antecesor.
A sus largas ausencias del cargo, a escondidas porque ni para pedir autorización del Congreso le alcanza, Yunes Márquez tiene a la histórica ciudad, que el próximo año cumple su quinto centenario, en penumbras, llena de baches, ahogada cada vez que llueve y, para colmo, sumida en la inseguridad pública.
Dicen que en manos de tontos ni la pólvora prende, y la verdad ha sido sorprendente que quien creíamos como el más inteligente del clan Yunes, puede ser el encargado de dar la última palada en el sepulcro a una aventura política familiar que en julio pasado abrió el boquete.
En las últimas semanas, además de enfrentamientos y homicidios, robos y levantones, el municipio de Veracruz –y hemos de reconocer, su extensión urbana de Boca del Río– ha tomado enorme aire en la prensa local y nacional, no solo por las inundaciones y el descuido de su infraestructura urbana, sino por una ola de exacerbada violencia en contra de mujeres jóvenes, que incluyen secuestros, violaciones, violencia física y muerte.
¿Y con qué responde el bisoño alcalde? Que dado que no cuenta con una Policía Municipal, ignora los motivos de estas violencias y no puede hacer un análisis para determinar lo que sucede y tomar medidas para evitarlo.
Dijo que no haría un análisis sobre lo que sucede en el municipio que gobierna en materia de violencia contra las mujeres, a pesar de las mujeres jóvenes a las que han desaparecido y asesinado en las últimas semanas, pues eso es tarea que debe hacer el Gobierno del Estado, quien tiene el control de la policía. Sin embargo, se aventó la puntada de afirmar que no existen focos rojos en la ciudad y, como su padre en las semanales reuniones del Grupo de Coordinación Veracruz, que los índices delictivos han disminuido.
No ha de saber siquiera que desde el 23 de noviembre de 2016, al estado se le decretó una primera alerta por violencia de género, que incluyó 11 municipios, entre ellos el que él gobierna y su vecino Boca del Río, por la grave incidencia de feminicidios.
Con sus declaraciones hace honor a la visión de la familia Yunes. Solo hace falta escuchar al jefe del clan y gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, para explicar las aberrantes declaraciones de Fernandito.
Las benditas redes sociales
“He decidido, por razones personales, separarme de la Secretaría Académica de la Universidad de Guanajuato a partir del próximo 16 de octubre. Mi agradecimiento permanente al Rector General y a la comunidad UG por estos dos años inolvidables”. 03/10/18 20:38 Raúl Arias Lovillo @ral_uv
Levantones, asesinatos y protestas… Fernando no sabe nada
Justo este jueves, un nutrido contingente de mujeres marchó por las calles del centro histórico de Veracruz para protestar por la desatada violencia de género y exigir justicia para las víctimas.
De acuerdo con el pronunciamiento que realizaron, entre enero y agosto de este año se han presentado 172 desapariciones de mujeres y 117 asesinatos de los cuales 78 son feminicidios, además de los casos de las últimas semanas donde mujeres desaparecen y son localizadas asesinadas.
Por ello, pidieron que el estado atienda de forma expedita las alertas de violencia de género por violencia feminicida y agravio comparado, “porque en manos de las autoridades omisas no rinden resultados y la muestra está en la realidad que vivimos todos los días”.
Los casos de rapto y posterior homicidio de mujeres jóvenes en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río 0 años, se han multiplicado.
El 2 de septiembre ocurrió la desaparición y posterior hallazgo del cadáver de Ángela Esmeralda Rodríguez, una joven de 19 años, embarazada, que fue hallada muerta por hemorragia vaginal de parto, mientras que el producto nunca fue encontrado.
Diez días después ocurrió el levantón de la estudiante de Medicina, Leslie Jared Bucio Palma, captado por cámaras de video, quien por fortuna fue rescatada con vida por la policía en Xalapa, y fueron detenidos sus captores.
El 19 de septiembre ocurrió en el puerto la desaparición de Evelyn Liliana Villegas, una joven de 20 años estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UV que, al día siguiente, apareció deambulando por las calles de la conurbación, golpeada y con una puñalada en el abdomen, en evidente estado de shock.
Y el mediodía del 25 de septiembre despareció Diana Thaiz Said Carvajal, joven mujer de 26 años, embarazada, estudiante de peluquera en Veracruz, cuyo cuerpo fue hallado dos días después tirado en la colonia Adolfo López Mateos.
Pero Fernandito Yunes no quiere manchar su discurso optimista con la sangre de las mujeres jarochas.
Veracruz, estado peligroso para las mujeres
Cinco entidades del país con las que, en el periodo de 2015 a mayo de 2018, encabezaron el nada honroso medallero de los territorios con mayor número de feminicidios reconocidos. Entre los cinco sumaron 899 casos, que representan el 44.54 por ciento de los registrados en el país. Sin embargo, dos de ellos son los que más destacaron: el Estado de México, con 207 casos, y Veracruz, con 206. Ambos representan más del 20 por ciento de los crímenes de odio contra mujeres reconocidos en el país en ese periodo.
En números absolutos, el Estado de México, la entidad más poblada del país, aparece como el primer lugar nacional en el número de casos, con 207. En segundo lugar se encuentra Veracruz, con 206 casos, sólo uno menos que el Estado de México, pero con una población casi 50% menor. Los estados que completan el quinteto macabro de los más peligrosos para las mujeres son Oaxaca (167 casos), Ciudad de México (162) y Sinaloa (157).
Los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública también señalan los métodos usados por los homicidas para acabar con la vida de las mujeres y, de nueva cuenta, Veracruz está en el lado más oscuro y denigrante. De los 2018 feminicidios perpetrados entre enero de 2015 y mayo de 2018, en 479 casos (23.73%) la lesión mortal fue cometida con arma de fuego; en otros 383 casos (18.97%), el feminicidio fue cometido con arma blanca; mientras que en 1 mil 008 casos, la lesión o lesiones fueron cometidas “con otro elemento”. De acuerdo con especialistas en el tema, en ese capítulo se encuentran: “golpes”, “golpes con objetos pesados”, “ahorcamiento”, y otros métodos y formas de agresión que evidencian la saña con que son asesinadas las mujeres.
En el apartado relativo a “otro elemento” como “agente causante” del feminicidio, Veracruz ocupa el primer lugar, con 200 casos; en segundo lugar está el Estado de México, con 130; en tercero, la Ciudad de México (123 casos), en cuarto Jalisco (66) y en quinto Chiapas, con 58 casos.
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