A LA MEMORIA DE LA SEÑORA GABRIELA RAMOS
A LA MEMORIA DE LA SEÑORA GABRIELA RAMOS
Rafael Rojas Colorado
Fue
en el hotel san Antonio de Coatepec, se presentaba la segunda carrera Trail de
Mahuixtlán. Recuerdo a las edecanes que posaron con la vistosa playera: Inés
García Portilla e Isabel Rebolledo, Israel Soriano y Héctor Redu Apanta, en
realidad muy bonito e interesante evento. Allí, entre los asistentes, se
encontraba Gabriela Ramos, su esposo Roberto Arellano Romero, muy amable me
proporcionó algunos datos para la justa atlética e incluso algunos más los
anotó con buena caligrafía en mi libreta de apuntes. Café, galletas y una
panorámica de parte del pueblo coatepecano. Fue una mañana fresca y muy
gratificante para relajar el espíritu.
Al
siguiente día publiqué mi nota en el diario capitalino Gráfico de Xalapa para
que se difundiera la carrera de la comarca del azúcar y los verdes cañaverales
en toda la región, Un día después recibí una solicitud de amistad en Facebook,
se trataba de la señora Gabriela Ramos, inmediatamente de que la acepté me
envió un mensaje en mensenger, “Quedé fascinada de lo bonito que escribió
acerca de la carrera que estamos organizando, me dio las gracias. Allí nació
una amistad electrónica, pero plena de sensibilidad, estimación, respeto y
aprecio.
La
comencé a ver en fotografías de las competencias en las que participaba y
entrenamientos a campo traviesa, todas en facebook. De vez en vez nos
escribíamos y me daba cuenta de su bondad, respeto y sus palabras convertidas
en mensajes, plenos de afecto, revelaban el corazón de una mujer humanitaria,
en sí una sincera amistad que valía mucho conservarla, porque ya pocas personas
conservan el don del afecto.
No
fueron pocas las veces que me invitó a su casa, solía escribirme, “Don Rafael,
aquí lo espero con su esposa, llega a su humilde casa, venga el día que pueda y
quiera”. Le prometía ir, pero jamás llegué. Siempre se piensa en el mañana y
este jamás llega y cuando se presenta es demasiado tarde. Vi sus fotografías en
diferentes escenarios naturales, calles, ríos, cerros y montañas; siempre
mostrando optimismo y ejemplificando con sus acciones el reto que impone la
vida y hay que enfrentarlo. Siempre noté ese espíritu de lucha en su conducta,
no en balde se ganó a pulso el cariño, aprecio y amor de sus innumerables
amistades, nadie lo puede dudar, fue una gran guerrera de las distancias y de
su misma existencia, pues en silencio comenzaba a luchar contra la adversidad.
Hace
un año que ya no me llegaban sus notificaciones, pero me enteré que estaba
enferma y realizaban eventos deportivos con causa en apoyo a esta alma que
nació en la gran metrópoli y las alas del amor la acercaron a Mahuixtlán, Así
es la vida, parece un impenetrable misterio.
Desde
que la conocí tal vez solo la saludé cinco o seis veces personalmente, pero
irradiaba su gran corazón que entregaba a todas sus amistades, la sinceridad
nunca la supo esconder de su alma, la manifestaba a plenitud, siempre
irradiando sus virtudes humanas y espirituales.
El
23 de abril de este 2025, fue un día gris, una amiga me avisó de su deceso y no
podía asimilar esa triste noticia. Traté de dudar, pero las redes sociales
daban el pésame a su familia, estaba su fotografía en todos los perfiles de
aquellas amistades y deportistas que compartieron momentos de alegría y
felicidad con ella. No evité que los ojos se humedecieran en aras de su
recuerdo y de su amistad, como lo expreso líneas arriba, la vi en persona pocas
veces, pero sabía que era una gran amiga. En su domicilio la velaron dos
noches, allí se reunió la amistad vestida de luto y gratitud a la difunta que
ya dormía plácida el sueño eterno. La imagino serena porque las verdaderas
almas aceptan la voluntad divina, por esta razón estaba en paz, aunque la vida
ya se le había escapado, pero su cuerpo todavía se podía mirar.
El
templo de san Pedro de Verona en Mahuixtlán, la recibió a las doce del día, la
hora angélica. Se ofició misa de cuerpo presente para recibir los sacramentos
espirituales que la acompañaran a su encuentro con Dios.
El
cementerio “Puertas del Cielo” es su última meta; su último aplauso; en esta
despedida brotaron las lágrimas en el alma de sus familiares y amistades,
inolvidables recuerdos compartidos con esta atleta que hoy remonta el vuelo
hacia las estrellas dejando su presencia en cada corazón que la amó en vida.
Señora Gabriela, vuele muy, pero muy alto, en la tierra siempre estará presente
en la evocación de quienes la conocimos y recibimos su sincera amistad. Sea un
coro de ángeles quienes la custodien al paraíso eterno. Mahuixtlán está de luto
los atletas también. Mi más sentido pésame a su familia y amistades.
rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx