La Otra VersiónPLUMAS DE COATEPEC

A mi querido viejo

Comparte

A mi querido viejo

La otra versión:

Por René Sánchez García

De unos días a la fecha te he estado recordando constantemente. Debe ser y es casi seguro, porque el próximo 14 de este mes de octubre cumplirás 97 años de haber nacido. Vienen a mi memoria no sólo palabras, sino también hechos y momentos especiales vividos juntos, desde mi niñez hasta mi edad adulta. Son de hecho bellos momentos donde intervienen todos y cada uno de los miembros de la familia que formaste junto a mi inolvidable madre, por más de 40 años de convivencia diaria.

Déjate de lo sucedido a la hora de los desayunos, las comidas y las cenas, que son estampas parecidas a la de cualquier familia coatepecana, sino en particular a todo ese trayecto de vida que pasé a tu lado, acompañándote en tu labor de artesano de la piel, donde pude comprobar lo que esas tus dos manos prodigiosas pudieron crear, gracias a tu imaginación. Labor de la que siempre te sentiste orgulloso y que trasmitiste a cada uno de tus hijos varones. No podía ser de otra manera, como siempre me lo comentabas, fue tu único oficio artesanal que aprendiste desde niño, allá en tu lindo Huatusco que nunca olvidaste.

Otro asunto cotidiano con el cual crecí a tu lado fue el de la lectura, durante todos los días de tu existencia. Por tu vista pasaron miles y miles de páginas con noticias de todo tipo que siempre guardaste en esa tu privilegiada memoria. Noticias surgidas de las páginas de varias revistas y periódicos nacionales y locales, que te servían para dar tu punto de vista en alguna plática con los familiares o los amigos. Asunto cotidiano que después completaste al escuchar los noticiarios de la radio y la televisión.

Como poder olvidar también la pasión que me inculcaste por el béisbol y el cine. Cierro los ojos y siento tu mano cuando me llevabas al Campo Deportivo Colón y ser testigo de varios encuentros de la Liga Invernal Veracruzana en la ciudad de Xalapa. Igual cuando hasta tres veces por semanas asistíamos a la última función en el Cine Imperial de Coatepec. Es por ello que hoy cuando veo las películas del Agente 007, o bien los viejos films de vaqueros norteamericanas, te recuerdo con el más grande de los afectos y de los agradecimientos.

Para qué escribo sobre todo eso que me recomendabas para cuando fuera mayor de edad, todos esos principios y valores me han servido hasta mis ahora 70 años.  Eso lo llevé siempre conmigo en mis épocas de estudiante, en mi labor profesional de docente, en mi quehacer de esposo y padre y lo he tratado de inculcar igualmente a los míos. La verdad te debo tantas cosas que ni sé por dónde debo empezar, pero es por ti (igual claro por el apoyo de mi madre) que siempre me apoyaste desde el Jardín de Niños hasta la Universidad, tal y como lo hiciste con todos mis hermanos, que logré ser un profesionista de la Educación y quizá también un buen ciudadano.

Te juro que sí volviera a nacer en esa otra vida que las religiones prometen, me encantaría que tú y ella me volvieran a engendrar de nuevo, para así vivir juntos otra fabulosa aventura. Te quiero papá, feliz cumpleaños.

sagare32@outlook.com