¿A QUÉ FUE A CUBA?
¿A QUÉ FUE A CUBA?
Pedro Peñaloza
“Del fanatismo
a la barbarie sólo media un paso”.
Denis Diderot
Ante la pregunta que da título a este artículo,
seguramente habría varias respuestas, veamos: un cuadrado y ecuménico
funcionario de la Secretaría de Relaciones afirmaría que, “a fortalecer las
relaciones regionales”; otro, más vinculado al viejo nacionalismo priista
diría, “a reivindicar la hermandad de nuestros pueblos”; un castrista
nostálgico enfatizaría: “a saludar y abrazar a los estoicos dirigentes de la
revolución cubana”; y, un derechista furibundo gritaría: “fua a aprender para
imponernos el modelo comunista”. Más o menos así se leyó el reciente viaje de
AMLO a La Habana.
¿Qué interés tiene AMLO en un pequeño país donde,
desde hace 63 años, gobierna una burocracia autoritaria y privilegiada, que
impide, con la fuerza de la represión, partidos opositores, prensa
independiente, manifestaciones de crítica al régimen y tiene las cárceles
llenas de opositores? Sin olvidar, que, los dirigentes del Estado-partido
tienen acceso a lujos, sus viviendas están en regiones protegidas y los
artistas del régimen, como Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, no sufren
racionamiento. Nada que ver con las aspiraciones justicieras y humanistas de
Marx y Engels. Todo amparado por la ofensiva estadounidense.
A las juventudes les han tratado de programar su
vida, con costumbres y estereotipos, de manera similar como lo hace la
dominación capitalista. Pocas veces los jóvenes han podido romper con la rutina
castrista, y la música ha sido fundamental para ello. Veamos dos ejemplos:
aunque el rock del “imperio” fue prohibido, la presencia de los Rolling Stones
en la isla (el conjunto inglés cubrió todos los costos de la presentación),
dejó ver una luz de libertad y quebró la cáscara castrista; otro momento
fundamental fue el grito que lanzaron las nuevas generaciones bajo la canción
“Patria y Vida”, al calor de las movilizaciones que fueron reprimidas. La letra
crítica exponía el exilio, la carestía, el fin de la dictadura y a los viejos y
rancios lemas del régimen.
AMLO halagó y legitimó al gobierno
cubano. Su discurso en la recepción oficial fue una pobre pieza de oratoria.
Además, no dejó pasar una visita al símbolo de la dictadura, Raúl Castro. ¿A
qué fue?, ¿a comprar vacunas?, ¿a contratar 500 médicos cubanos? Aquí ya hay miles
de galenos desempleados y/o mal pagados. La respuesta, quizá, pueda ser que
busca encarar a Biden y erigirse como un contrapeso regional. Seguramente Luis
Echeverría está orgulloso de su seguidor. El resto de la gira no tuvo la menor
importancia. Más allá de encubrir y acordar ayudas con el miserable fascista,
presidente de El Salvador, el tal Bukele.
pedropenaloza@yahoo.com/ Twitter:@pedro_penaloz