¿A qué viene el Peje..? ¡No es bienvenido!
Línea
Caliente
¿A qué viene el Peje..? ¡No es bienvenido!
Por Edgar Hernández*
Si
en las anteriores ocasiones que ha venido a Veracruz no han sido más que para
disponer del presupuesto, palomear sospechosas estrategias electorales,
inaugurar cuarteles y supervisar ilusorias obras faraónicas como el
Transístmico, por qué en esta ocasión sí tendría que venir a entregar ayuda a
damnificados.
La
visita presidencial se produce cuatro días después de la tragedia que enlutó a
los veracruzanos tras el paso del huracán Grace.
Es
una visita tardía.
El
presidente López Obrador viene a darse una vueltecita por Córdoba y Xalapa
cuando parte del norte está incomunicado y Zongolica muere de hambre; cuando no
se sabe la magnitud de la destrucción en Poza Rica donde se vinieron abajo 15
mil viviendas y decenas de comunidades marginadas siguen aún bajo las aguas.
En
Papantla, en 60 comunidades se perdieron las siembras; en Tecolutla, Cazones de
Herrera y Gutiérrez Zamora no hay alimentos ni medicinas, y 14 comunidades de
Ixhuatlán del Madero se quedaron sin luz, telefonía e internet.
En
total, son 28 municipios del norte donde no hay paso por tierra y el auxilio, a
cuatro días de la tragedia, no llega.
Y
no vayamos tan lejos.
Xalapa,
Coatepec, Naolinco, San Marcos Atexquilapan y Jilotepec presentan serios
problemas en sus viviendas por los deslaves. Ahí, ni de casualidad se ha
presentado Protección Civil.
De
hecho, las autoridades responsables encabezadas por el gobernador Cuitláhuac
García “siguen recabando información de los daños”, cuando en los hechos un
centenar de poblaciones resultaron afectadas en sus viviendas; bloqueo de vías
de comunicación y falta de energía eléctrica para un estimado de 437 mil
usuarios, según CFE.
No
hay agua potable; se carece de suministro de alimentos; los negocios están
cerrados; no hay gasolina ni Diesel; los DIF municipales ni de albergues sirven
ya que todos están cerrados porque no tienen nada que ofrecer.
En
materia de protección civil se regresó 30 años. Se regresó a la cubeta y la
pala.
Por
ello la pregunta obligada.
¿Acaso
el avión comercial en que el llega trae despensas? ¿Acaso medicinas o dinero
para alimentos o solo una pala y una cubeta como las que están usando
Cuitláhuac y Zenyazen para la foto?
Por
qué, ahora s í creer en el gran benefactor, nuestro generoso presidente que
viene a apoyar al pueblo desvalida cuando en los hechos ha mandado “¡Al
carajo!” a las familias de las víctimas de la Línea 12 del Metro, y cuando en
cada visita ignora el reclamo de los colectivos que golpean los vidrios de su
camioneta de lujo en demanda de justicia.
La
ayuda a Xalapa y el resto de los municipios no era para ayer; ni para antier;
era para hace cuatro días donde estuvieron sacando los cadáveres de los niños
del lodazal.
La
ayuda debió haber sido a través del Fonden, pero eso ya no existe al igual que
los más de cien fideicomisos desaparecidos y con ello, los 67 mil millones de
pesos de presupuesto destinados para esos programas.
No
hay Fonden que auxilie a la población en caso de desastre ya que fue sustituido
por centros de acopio donde se espera que la población coopere y aporte.
No
hay Seguro Popular ni guarderías.
Ni
siquiera beneficio social alguno que no sea el dinero que el gobierno regala a
chairos y viejitos para que voten por Morena y no se levanten en armas.
Lo
que si hay es persecución política. También venganzas personales y un odio mas
que jarocho, contra la prensa crítica, contra la clase media que somos los más;
contra los fifis y conservadores, contra la clase productiva, comercial y de la
pequeña y gran industria.
A
esos sí los combate, no a los que hay que llevarles alimentos a la gente pobre,
como a los “perritos”; no a los aspiracionistas pero sí a quienes se conforman
con un pantaloncito, un par de zapatitos y un modesto carro de uso para que se
transporten, mientras los hijos y hermanos del presidente -una bola de
holgazanes tramposos- se dan la gran vida.
¿A
qué viene pues el presidente López Obrador si para empezar no es bienvenido?
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo