ABUSADORES DEL PODER
ABUSADORES DEL PODER
Por Aurelio Contreras
Moreno
Llevando su teatro de
la desgracia hasta las últimas consecuencias, el gobierno de Veracruz volverá a
abusar del poder acarreando burócratas a su pantomima de este sábado afuera de
la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Como invertir el
tiempo libre de un fin de semana en una payasada como la que se les ocurrió a
Cuitláhuac García y a Juan Javier Gómez Cazarín no es atractivo para nadie que
no sea militante del partido oficial, ni sirve más que para exacerbar el
servilismo de ambos políticos y las ansias de ser premiados con otro “hueso” en
el próximo sexenio, desde el gobierno que encabeza formalmente el primero maquinan
un nuevo operativo de indigno y vejatorio acarreo forzoso de trabajadores del
estado para que la supuesta “manifestación pacífica” aparente tener una “gran convocatoria”.
Varias quejas y
denuncias han circulado en medios en los últimos días sobre cómo van a volver a
acarrear empleados gubernamentales a la “concentración por la defensa de la
soberanía del pueblo y contra la corrupción que invade a la SCJN” (no se ría,
así le pusieron), cuya cursilería y demagogia implícitas
en su denominación son directamente proporcionales a la magnitud de la
arbitrariedad que conlleva. No solo los obligan a ir, sino que les ordenan que
pongan de su bolsa para actuar como bufones en el circo de tres pistas que van
a montar en la Ciudad de México. Algo en lo que, definitivamente, el actual titular
del Ejecutivo estatal sí ha demostrado tener experiencia desde sus tiempos como
el “payasito de los mítines”.
Esto ya es recurrente
en el gobierno de Cuitláhuac García, quien se despojó de cualquier escrúpulo
para abiertamente usar a la estructura burocrática de la administración estatal
para fines politiqueros y que implican no solo un abuso de poder, sino un abierto
desvío de recursos –incluido el pago del transporte y los alimentos- y la coacción,
que llega a la amenaza de pérdida del empleo si no se asiste “voluntariamente”.
O sea, a huevo.
Así ha sucedido
varias veces durante el periodo de García Jiménez al frente del gobierno
estatal; por ejemplo, en las concentraciones en el zócalo capitalino convocadas
por el presidente Andrés Manuel López Obrador para mostrar como lo “apoya” el
“pueblo”; así lo hicieron también hasta para las elecciones internas de Morena del
año pasado, en las que eligieron consejeros estatales y nacionales, obligando a
los burócratas a participar como militantes de un partido que de esta manera
busca, además, inflarse artificialmente.
Sin pudor alguno exhiben
en sus redes como han puesto el aparato del Estado al servicio de un partido o,
mejor dicho, de una de las facciones de ese amasijo de intereses, desprovisto
de una verdadera identidad ideológica, que es el llamado Movimiento de
Regeneración Nacional. Lo acabamos de ver con el uso ilegal de vehículos
oficiales del DIF estatal para movilizar “brigadistas” de Morena en las
campañas en el Estado de México, mientras funcionarios estatales y municipales
abandonaban sus obligaciones en Veracruz para entrometerse en los comicios de
otra entidad.
El régimen de la
llamada “4t” ha salido más cínico y desvergonzado que aquellos del PRI más
autoritario que, por lo menos, se preocupaba por cuidar las formas.
Eso sí, son igual de
corruptos. Aunque hay quien jura que los alumnos han superado, y con creces, al
maestro.
El tamaño del cochinero
¿Qué tan grande será
la corrupción escondida en los proyectos faraónicos del obradorato que los
esconden del escrutinio público y evitan la rendición de cuentas a como dé
lugar? Solo así puede entenderse la decisión, completamente obvia, de volver a
declarar asunto de seguridad nacional lo que horas antes la Corte ordenó
transparentar.
Lo que no pueden
esconder es el hedor que se despide. Una peste que ya ni ellos soportan.
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