ACAPULCO OCULTAR EL DESASTRE
ACAPULCO OCULTAR EL DESASTRE
* La verdadera
dimensión de la catástrofe
* AMLO culpa a
los medios por difundir información
* Se trata de
minimizar los hechos para no atenderlos
Por Miguel Ángel
Cristiani G.
A medida que van transcurriendo
los días y las horas, se va pudiendo dimensionar la magnitud de los daños
ocasionados por el paso del huracán Otis en el puerto de Acapulco.
Aunque el gobierno
federal y estatal han tratado de minimizar la situación, hasta con un ya
acostumbrado berrinche del presidente Andrés Manuel López Obrador en contra de
los medios de comunicación, ahora por haber enviado a sus reporteros a recabar
y transmitir la información verídica, gracias a esos medios y a las benditas
redes sociales, es que podemos tener una idea de lo que sucedió.
Luego de que por fin
apareciera la gobernadora -ausente de Guerrero-, Evelyn Salgado Pineda, informó
que se actualizó la cifra de muertos a 43 hasta este domingo 29, de los cuales
33 son hombres y 10 mujeres, además de que hay 36 personas desaparecidas y se
reforzó el programa de búsqueda de personas no localizadas.
Aunque los
pescadores de Acapulco aseguran que son cincuenta los muertos y desaparecidos
que estaban en la playa y en el mar.
Es verdad que se han
enviado al ejército y la marina para realizar labores de limpieza de árboles y
materiales de las edificaciones, pero eso es solamente una parte mínima del
problema.
El abasto de
alimentos, agua, medicamentos, combustibles y materiales para la reconstrucción
de viviendas es lo que hasta el momento no se ha visto la respuesta del
gobierno.
No se ha dicho -ni
se dirá- cuantos son los miles de millones de pesos del desaparecido FONDEN,
que era con lo que se contaba para dar respuesta a las situaciones de desastres
naturales como huracanes o terremotos.
Dice el presidente
que el dinero del Fonden no desapareció, pero nadie sabe a dónde fueron a parar
esos dineros.
Asegura que no son
necesarios esos fondos, “porque cuando el pueblo necesita apoyo, no hay límites
de presupuesto.” Pero el asunto es que no se ve por ningún lado la respuesta
del gobierno para la población damnificada, ya ni se diga para las empresas y
negocios.
En la conferencia
mañanera el presidente aseguró que ya salieron los primeros 1000 servidores de
la nación para hacer un censo de negocios y viviendas afectadas y cultivos de
pequeños productores en Guerrero, y apoyar con un programa de construcción y
mejoramiento de viviendas. Pero cuanto tiempo va a llevar tan solo levantar el
censo, en una población afectada que se estima en un millón de habitantes.
Para más, la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) de México autorizó este fin de
semana criterios especiales para que usuarios que se vieron afectados ante el
impacto el pasado miércoles del huracán Otis, que hasta ahora ha dejado como
saldo 48 muertos y 36 desaparecidos, en el estado de Guerrero, tengan
facilidades en el pago de créditos.
La CNBV explicó que
otorgará un diferimiento de tres a seis meses para créditos a la vivienda con
garantía hipotecaria, créditos revolventes y no revolventes dirigidos a
personas físicas, entre ellos, crédito automotriz, créditos personales, crédito
de nómina, tarjeta de crédito y microcrédito.
Las medidas, dijo el
organismo, aplican a personas morales o personas físicas con actividad
empresarial, con énfasis en el crédito a pequeñas y medianas empresas (Pymes).
Mientras tanto,
habremos de seguir viendo en los medios de comunicación y las redes sociales,
las historias del desastre, que, para no variar, pretende ser minimizado por
las autoridades responsables de atenderlo.