ADELGAZAR ORGANOS AUTÓNOMOS; FINAL O TRANSFORMACIÓN DEL INE
ADELGAZAR ORGANOS AUTÓNOMOS; FINAL O TRANSFORMACIÓN DEL INE
Por José Luis Enríquez Ambell
Las Reformas en 1990 a la Constitución en materia electoral
llevó al H. Congreso de la Unión a expedir el Código Federal de Instituciones y
Procedimientos Electorales (COFIPE), ordenando crear el Instituto Federal
Electoral (IFE), y contar con una institución imparcial que diera certeza
jurídica con transparencia y la legalidad en los procesos.
Y en el 2014 cambio de IFE a INE en busca de una
homogenización con los órganos locales en materia electoral y administrativa
como hasta ahora.
Así es como arrancó organizadamente en términos ciudadanos
la participación política en el cauce de las elecciones y con los partidos
regulados a través de un organismo autónomo y no desde el Poder Ejecutivo.
El IFE e INE como figura legal nacen en busca de
transparencia en contiendas electorales y otorgando a la sociedad certeza en la
actuación de candidatos, partidos políticos, órganos electorales – sean
administrativos o jurisdiccionales- e incluso de los propios ciudadanos.
Hoy la realidad es que el Presidente de México Don Andrés
Manuel López Obrador busca se concrete una reforma que mejore a la rendición de
cuentas y recomponga la asignación y el manejo del presupuesto en el INE y de
los partidos, pues se dice que la mitad es para los partidos y la otra para el
organismo, pero eso podría revisarse y reacomodar para adelgazar más no llevar
a desaparecer a uno de los entes más serios y sólidos con que se cuentan en el
País y reconocido en el mundo.
La existencia de órganos autónomos – y
constitucionales – en el sistema jurídico mexicano se entienden y justifican
dado que es necesario encomendarles tareas primordiales del Estado, con un
objetivo focalizado y una mayor especialización que por un lado agilice y
brinde mayor control, pero sobre todo transparencia y así atender eficazmente
las demandas sociales que desaparezcan el más ligero indicio de corrupción o
trampa.
Ojalá que los organismos autónomos en su conjunto no sufran
embestidas que los lleve a su desaparición – de no poder justificarse – aunque
es necesario quizá en algunos casos revisar su contenido y actuación que
adelgace en términos de economía más no de funciones.
Si en 1990 nació el IFE y en 2014 el INE, ¿está cerca un
cambio de nombre y su adelgazamiento o desaparición e incluso reubicación en
uno de los tres poderes del Estado mexicano?
Estamos frente a la factibilidad que la reforma político
electoral propuesta por el presidente de la República pueda ser aprobada –
ya sucedió con la iniciativa que amplía a 2028 la presencia del Ejército en las
calles que consiguió su aprobación en el número necesario de congresos
estatales y queda lista para su promulgación, mediante publicación en el Diario
Oficial – contando también
con los votos de sus aliados. Así pues, ¿estamos frente al
final del INE o habrá un adelgazamiento en su estructura humana, económica y
funciones como organismo autónomo?
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
La autonomía que empiezan a pretender quebrantar y hasta
desaparecer como instituciones en lo federal, podría igual suscitarse en
nuestro estado en el corto tiempo e incluso antes de 2024 hecho que me lleva a
recordar una frase: “El capitán no define el viento por eso se tiene velas en
una embarcación”.
¡ ES CUANTO !