¡¡¡Adictos al Celular!!!
Por René Sánchez García.
Actualmente en casa, la oficina, la escuela, en el taller, en el cine, en la iglesia, en las reuniones sociales, etc., siempre están presentes personas haciendo uso de sus teléfonos celulares. No importa la hora, el lugar o la situación: puede ser incluso en la madrugada, en el baño, durante las comidas, platicando con las personas, manejando un automóvil o una maquinaria, lo cierto es que allí están presentes estos teléfonos móviles, que de una necesidad han pasado a ser una moda, pero igual se han convertido en una adicción que empieza a preocupar a las organizaciones de salud en el mundo.
La Universidad Nacional Autónoma de México edita una revista mensual de divulgación de la ciencia para los jóvenes. Esta publicación se llama ¿Cómoves?, y en su número 244 habla de este problema bajo el título de “Apantallados por el celular”. Se trata de un buen trabajo escrito realizado por Guillermo Cárdenas Guzmán, reportero, periodista y profesor. Para su investigación tuvo que entrevistar a varios jóvenes estudiantes, los cuales coincidieron que el uso prolongado del celular se convirtió “en adicción, insomnio, falta de concentración y estar absorto, mismos que comenzaron a afectar, tanto el desempeño escolar, como las actividades cotidianas”.
Se trata de una adicción de tipo conductual, de ciertos trastornos de control de impulsos no especificados, donde no participan sustancias (drogas, alcohol, tabaco), pero casi bastante parecida a la compulsión por el trabajo o el sexo. Si bien se conocen estudios científicos relativos al uso excesivo de la televisión y a los videojuegos, apenas se han iniciado investigaciones para confirmar si el uso daña la salud física y mental de los individuos. Mientras esto sucede, en México el 72% de la población de 6 años o más los utiliza, según datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de tecnologías de la Información (2017), de todas estas personas el 80% tiene un celular inteligente conectado a internet.
Los datos de la Organización Mundial de la Salud, advierten que el uso prolongado de los celulares tiene posibles impactos en relación con el cáncer, la interferencia con marcapasos, la probabilidad alta de accidentes de tráfico y otros efectos adversos al oído y a la vista. El psiquiatra Juan Pablo de la Fuente, dice: “Si cada vez que estás aburrido o estresado sacas el celular y te enganchas a las redes sociales o Facebook, sería una señal de alarma”, más si estas conductas adictivas comienzan a afectar las relaciones sociales, las afectivas y las actividades diarias.
Otros estudios mencionan que el uso desmedido de celulares, sobre todo en la noche, puede alterar los llamados ritmos cardíacos, afectar los patrones del sueño y puede conducir a alteraciones del comportamiento y el estado de ánimo. Todo porque la luz que emite la pantalla del celular, la interpreta el organismo como una prolongación constante del día e inhibe la producción de melatonina, hormona esencial para conciliar el sueño. Aquí lo importantes es enseñar a los niños, jóvenes y adultos adictos a los celulares, que deben respetar los procesos fisiológicos sincronizados con el ciclo natural del día y la noche. Prevenir sí, antes de que llegue la ansiedad, la irritabilidad, la escasa capacidad para socializar y de concentración para el estudio, e incluso la depresión.
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