ADIÓS A UNA LEYENDA
ADIÓS A UNA LEYENDA
Ídolo
de multitudes, sacudió a la afición del beisbol con sus lanzamientos desde su
aparición en las Grandes Ligas, Fernando
Valenzuela Anguamea, generó expectativas enormes en
la afición en México y la Unión Americana. Con tiros mágicos
tejió una red imaginaria en la comunidad hispana, los empoderó. Además de
ponchar a sus rivales.
Llenó
el estadio de los Dodgers, se
calcula que llevó en promedio a diez mil aficionados a las series en otros
estados. El mensaje a base triunfos fue: Nosotros
podemos, somos triunfadores. Así nació la Fernandomanía.
De sus
logros deportivos se ha escrito mucho. El fenómeno del beisbol salido de un cuento
de hadas, un joven talento de cuna humilde, conquista el sueño americano para
llevarlo cada semana a nuestros hogares. La industria del beisbol se hinchó de
dinero. En México el público no se perdía sus partidos, queríamos ser parte de
sus triunfos, soñábamos en ser ganadores como él.
Los
californianos buscaban un mexicano que pudiera atraer público a su estadio, fueron por un shortstop y Mike Brito descubrió un tesoro en el
brazo izquierdo del “Toro”.
Coatepecanos fuimos a varias veces
a ver sus partidos. Nos atrevimos en alguna ocasión a visitarlo en los campos
de entrenamiento y tuvo la gentileza de recibirnos, le llevamos artesanías de
la tierra del café, grabadas con su figura. Con su sencillez accedió a tomarse
fotos con nosotros, autografiar postales y una pelota. Nos acompañó afuera del
estadio y al despedirse, preguntó: “¿en qué vinieron?
Le
mostramos el auto. Al verlo, dijo: ¿en ese?
Sí,
movió la cabeza, ¿cómo llegaron?, dijo con una sonrisa en los labios. Miró
discretamente a su representante, Toni
De Marco, quién sacó unos billetes, y nos los dio. Estrechamos su mano para
decir adiós y nunca olvidarlo.
Se fue
previo al clásico de otoño que hoy inicia, al igual que la serie mundial que
ganó. Dodgers-Yankees.
A ver
quién es el macho que repite la hazaña, ganar, llenar estadios, inspirar a toda
una raza. A pesar de ello le negaron en
vida la entrada al salón de la fama.
NUESTRAS TRADICIONES ESTÁN VIVAS
El día de Todos los Santos, México se viste de colores, celebramos a los nuestros, a los que se fueron para siempre permanecer en la memoria y nuestros corazones. Hermosa tradición es la del Campanero, la realizan en Zimpizahua, el día primero suenan las campanas con un toque singular, desde las doce del día hasta la misma hora el día 2 de noviembre. Cuenta la leyenda que es para guiar a los difuntos a casa y regresarlos por buen camino.
Este
año, pobladores de la congregación donde llegó por primera vez el café a México, de acuerdo a actas
Reales firmadas por la Corona Española, organizan la celebración con fuegos
pirotécnicos, música en el campo santo.
DESAMPARADOS
Cada
día la fuerza de Morena se impone, a
fuerza de votos de congresistas aprueban reformas, las del Plan C, más las se les ocurra. Anulan el poder judicial, artimañas
jurídicas para concentrar el poder. La división de poderes pende de un hilo y
con ella la democracia. Se asoma un
panorama espeluznante en términos de derechos y libertades. Mientras ríos de sangre tiñen a varios estados,
son la muestra del fracaso de la estrategia de seguridad, “Abrazos y no balazos”, tienen consecuencias. Y la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos está en agonía. De finanzas públicas e inflación que nos pega en los bolsillos a todas las familias mejor ni hablamos. Por lo
pronto.
FIN DE SEMANA DEPORTVO
Ya nos
frotamos las manos para disfrutar la serie
mundial. Cruzamos los dedos para que le vaya bien a “Checo” Pérez, que está a milésimas de los punteros en el GP de México. Sería extraordinario que
subiera al podio, tendrá una dura batalla con las otras escuderías que andan en
buen momento y lidiará como en toda la temporada con su Rb20, la expectación es
mucha. Nuestros deportistas de élite son pocos, hay que apoyar y soñar con
ellos. Y el clásico español Real Madrid y Barcelona.
Será
un fin de semana deportivo, los
veremos esperando los tamales y dulces de temporada.
Por hoy hasta aquí.