ADIÓS AL SALÓN SOCIAL DE CRUZ ROJA

Lugar donde la comunidad coatepecana se reunía para conmemorar eventos sociales, culturales o bailar con los grupos del momento, cierra sus puertas al entretenimiento para abrirlas al comercio chino que próximamente inaugurarán la Casa Ideal.

La delegación de la Cruz Roja Coatepec, decidió rentar para solventar sus gastos operativos ante el escaso apoyo de las autoridades y los bajos donativos. A unos les parecerá mal a otros bien.

La nueva administración que, por cierto, son Xalapeños, -aquí solo hay una persona encargada- se rompió la cabeza para traer recursos. Como siempre cuando llega una nueva administración de empresas públicas o privadas, es iniciar desde cero, no se les ocurrió pedir consejo, de nada sirvieron las acciones y experiencias de sus antecesores, ante las trasformaciones de Coatepec, el salón social no supo modernizarse para seguir siendo un centro recreativo coatepecano.

Ahí donde antes bailábamos y reíamos entre amigos, ahora serán pasillos para escoger baratijas.

Los chinos nos invaden con sus productos están en las grandes ciudades y ahora en este pueblo mágico. ¿Dónde están nuestros artesanos? Igual que los fraccionamientos, Oxxos, farmacias, funerarias, son muchos en este pueblo. Ellos no tienen la culpa, Coatepec es su mercado.

GENEALOGÍA DEL SALÓN SOCIAL DE LA CRUZ ROJA COATEPEC

Hombres y mujeres de Coatepec de todas las edades se reunían en lo que fue el salón Bemex (Beneficio Mexicano del Café), era una galera que servía para el secado del café pergamino, cuando se desocupaba lo prestaban para bailes. Se llenaba de parejas que danzaban con música de marimba que la tarde-noche. En temporada de cosecha, no había diversión.

Llegó sangre nueva al patronato de la Cruz Roja, eran los años sesenta, jóvenes inquietos se dieron a la misión de atraer fondos. Conocían lo que la comunidad necesitaba, áreas culturales, sociales y deportivas. Su meta conseguir un espacio para sus actividades.

Había una casona en la esquina de Cuauhtémoc y Juárez, que solo la habitaba una señora de nombre Cástula, ella la cuidaba. Era propiedad del señor Carlos de la Barreda, que vivía en la ciudad de México.

Las gestiones para su compra las realizamos Don Fabián Pérez, quien era ahijado del propietario. Emilio “Millo” Polanco, Juan Cuevas y su servidor Rubén I. Monzón Polanco. Quienes fuimos a la capital para presentarle nuestras ideas, que íbamos a realizar, para qué, y cómo.

Llegamos a las 10 de la mañana a su domicilio, salió a recibirnos con una bata de seda color vino, no era de Morena, el señor De la Barreda con clase y elegancia nos invitó a pasar. En su maño sostenía un High Ball (vaso jaibolero), con whisky y dos hielos. Escuchó el proyecto para construir el salón social de la Cruz Roja, realizar eventos artísticos y culturales a beneficio de la benemérita institución.

Se levantó de su sillón, alzó su copa y dijo:

–       “No se las vendó. La donó para la noble causa”.

La condición que nos puso fue darle dinero a doña Cástula para que tuviera donde vivir. Le pregunté:

– ¿Cuánto, cree usted?

– Dale 8 mil pesos, respondió.

Realizamos rifas, y vendimias para conseguir el dinero, pagamos.

La construcción estuvo a cargo de Remigio Ronzón Acosta, con la finalidad que Coatepec tuviera un salón social para sus eventos. Lo conseguimos ahí inició su historia.

La Cruz Roja ha tenido muchos patronatos, para continuar su gran labor.  

Gracias a todos aquellos que con su trabajo y contribuciones ayudaron a engrandecer la Cruz en este pueblo y ayudar a muchas personas, en momentos difíciles. Vaya desde aquí mi reconocimiento y agradecimiento enorme. ¿Dónde estás Arturo Rebolledo?

Hoy parece que se agotaron las ideas.