ADOLESCENCIA Y AUTOESTIMA
UNO
MENOS
Salvador
Farfán Infante
La adolescencia entendida como un periodo de
transición entre la infancia y la edad adulta, generalmente se asocia con el
cambio físico paulatino, el cuestionamiento espiritual y las relaciones
sociales. Estos componentes constituyen los desafíos de la adolescencia, en la
que se adquiere una imagen más definida de la autoestima; es decir, una idea
que poco a poco lleva a los jóvenes a darse cuenta de quiénes son. La estima de
sí mismo y un mecanismo de control representan dos elementos importantes que
participan en la estructura de la autoestima.
En otras palabras, la estima de uno mismo es la
apreciación del valor que los adolescentes hacen de ellos mismos. A su vez, el
control es la medida en la cual el adolescente se da cuenta de que puede
ejercer un dominio de los componentes que considera tienen mayor importancia
para él. Se han realizado varios estudios sobre la relevancia de estos dos
elementos en la adolescencia y confirman que ambos representan herramientas
importantes para poder hacerle frente a situaciones estresantes; al mismo
tiempo, se refiere que una buena autoestima se relaciona con una imagen
positiva de uno mismo y en consecuencia hace posible lo que se conoce como autocuidado
(reflexión sobre las situaciones que son más sanas para la propia salud). Así,
una imagen positiva de uno mismo en la adolescencia puede desempeñar un papel
fundamental que influye no solamente en la salud mental, sino también en la
física.
Imagen
personal.
Algunas investigaciones están de acuerdo con afirmar que la imagen de uno mismo
en la adolescencia es menos favorable en las mujeres que en los varones. Esta
diferencia se atribuye a que las experiencias entre hombres y
mujeres al inicio de la adolescencia son
diferentes, particularmente cuando éstas se encuentran asociadas con la
aceptación de roles estereotipados que le son asignados a cada uno de los dos
sexos. Si bien durante la infancia media la apariencia física es satisfactoria
para los dos sexos, los cambios físicos que se presentan durante la pubertad
parecen ser más negativos en el caso de las mujeres. En los varones, los
cambios físicos que se presentan generalmente se consideran positivos; sin
embargo, para las mujeres jóvenes la pubertad implica la aparición de la
primera menstruación y a ella se asocian otros síntomas, como el aumento en los
depósitos de grasa y quizá, un cierto grado de insatisfacción en cuanto a su
imagen corporal. Las adolescentes tienden a sentirse menos atractivas en la
medida que pasan de un grado escolar a otro, a diferencia de lo que pasa con
los varones.
Esta percepción de la imagen corporal tiende a
mejorar en el transcurso de los siguientes años. Por ejemplo, las adolescentes de
16 a 19 años tienen un mayor sentimiento de control que las que tienen entre 12
y 15 años. Esta diferencia puede estar relacionada con los importantes cambios
fisiológicos y sociales que se presentan durante esa etapa e implican la
producción acelerada de hormonas, el acceso al desarrollo y a la modulación de
la voz, entre otros aspectos.