ADOLESCENCIA Y AUTOESTIMA
ADOLESCENCIA Y AUTOESTIMA
Por Salvador Farfán
Infante
Espero se encuentren
bien, en esta semana empezamos con la etapa más difícil, por las que pasamos
los seres humanos, debido a los cambios que vamos experimentando tales como
Aumento de estatura, le salen espinillas y en las próximas semanas estaremos
viendo porque es tan vulnerable el adolescente de caer en el consumo del
alcohol y otras drogas.
Adolescencia
y autoestima
La adolescencia
entendida como un periodo de transición entre la infancia y la edad adulta, generalmente
se asocia con el cambio físico paulatino, el cuestionamiento espiritual y las relaciones
sociales. Estos componentes constituyen los desafíos de la adolescencia, en la
que se adquiere una imagen más definida de la autoestima; es decir, una idea que
poco a poco lleva a los jóvenes a darse cuenta de quiénes son.
La estima de sí mismo y un mecanismo de
control representan dos elementos importantes que participan en la estructura
de la autoestima.
En otras palabras, la
estima de uno mismo es la apreciación del valor que los adolescentes hacen de
ellos mismos. A su vez, el control es la medida en la cual el adolescente se da
cuenta de que puede ejercer un dominio de los componentes que considera tienen
mayor importancia para él.
Se han realizado varios
estudios sobre la relevancia de estos dos elementos en la adolescencia y
confirman que ambos representan
herramientas importantes para poder hacerle frente a situaciones estresantes;
al mismo tiempo, se refiere que una buena autoestima se relaciona con una imagen
positiva de uno mismo y en consecuencia hace posible lo que se conoce como
autocuidado (reflexión sobre las situaciones que son más sanas para la propia
salud). Así, una imagen positiva de uno mismo en la adolescencia puede desempeñar
un papel fundamental que influye no solamente en la salud mental, sino también
en la física.
Imagen personal. Algunas
investigaciones están de acuerdo con afirmar que la imagen de uno mismo en la
adolescencia es menos favorable en las mujeres que en los varones. Esta diferencia
se atribuye a que las experiencias entre hombres y
mujeres al
inicio de la adolescencia son diferentes, particularmente cuando éstas se
encuentran asociadas con la aceptación de roles estereotipados que le son
asignados a cada uno de los dos sexos.
Si bien
durante la infancia media la apariencia física es satisfactoria para los dos
sexos, los cambios físicos que se presentan durante la pubertad parecen ser más
negativos en el caso de las mujeres.
En los
varones, los cambios físicos que se presentan generalmente se consideran
positivos; sin embargo, para las mujeres jóvenes la pubertad implica la
aparición de la primera menstruación y a ella se asocian otros síntomas, como
el aumento en los depósitos de grasa y quizá, un cierto grado de insatisfacción
en cuanto a su imagen corporal.
Las
adolescentes tienden a sentirse menos atractivas en la medida que pasan de un
grado escolar a otro, a diferencia de lo que pasa con los varones.
Esta
percepción de la imagen corporal tiende a mejorar en el transcurso de los
siguientes años. Por ejemplo, las adolescentes de 16 a 19 años tienen un mayor
sentimiento de control que las que tienen entre 12 y 15 años. Esta diferencia
puede estar relacionada con los importantes cambios fisiológicos y sociales que
se presentan durante esa etapa e implican la producción acelerada de hormonas,
el acceso al desarrollo y a la modulación de la voz, entre otros aspectos.
Fuente:
Habilidades para la vida. Centros de
Integración Juvenil