Especial

AGENCIA DE PUBLICACIONES DEL MUÉGANO

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(Segunda parte)

Muégano supo rodearse de gente afable, de amigos de una sola pieza; uno de ellos, el taquillero Don Nacho Contreras, lo apoyó para que afuera del cine Imperial distribuyera los periódicos “El Tema de Hoy”, “La Razón” e historietas conocidas como cómics. Este negocio a Vicente le fue muy fácil ampliarlo; muy empeñoso, levantó un estanquillo de lámina en una acera de la calle J. del Campillo frente al Pamelux, y los Baños Victoria de Don Antonio Maldonado, siempre abastecido de dulces, magazines y diarios.

Hacia 1955, era inminente la modernización de Coatepec, por eso, la H. Junta de Mejoras emprendió relevantes obras empezando con la pavimentación de calles, para lo cual echaron mano de una “traqueteada” aplanadora, cuya agudeza coatepecana la bautizó como “la María Victoria” simplemente porque en su pausado andar, se meneaba igual que la cantante del “pujidito” que estaba de moda. Esas reformas hicieron que Don Vicente Hernández Nieto tuviera que trasladar su negocio al local que le dotó la mamá del profesor Abelardo Jácome, en Campillo tres, donde cubrió las necesidades de toda su disímbola clientela.

La Agencia de Publicaciones fue un ícono de la Ciudad; los adultos compraban “Excélsior”, “Novedades”, el “Esto”; los jóvenes “Notitas Musicales”; los niños el “Memín”, “Chanoc” o el “Tawa”; las jóvenes “Lágrimas y Risas”; los más riquillos “LIFE”; los conductores y cobradores de los autobuses Excélsior obtenían relojes despertadores de la H Steel, ollas “Presto” y varios enseres domésticos, pero todos convenían en consumir refrescos y los suculentos dulces.

La agencia era centro de reunión para departir de beisbol, ahí acudían Gonzalo Garrido, Humberto “el babe ruth” Garrido, Chava Verónica, Delfino “Güero Ármand” Quiroz; discutían las vistosas jugadas del lanzador Pedro Colorado y su receptor Ladislao Rebolledo, glorias del club Anáhuac, apadrinado por Vicente. Concurrían el Profe Faustino “el pajarito” Galván, Rafael “Pelón” Basurto, Jesús “Chuy” Rivas, Raúl Monge, Fernando “Nanchi” Villa, Juan y Chucho Soler, “Nelo” Sánchez, el “cuchas” Castillo, el “chueco” Hernández, Juan Manuel Palacios, para hablar del básquetbol y planear cómo ganar el campeonato a la Ola Verde de Poza Rica, equipo de PEMEX tan fuerte como su patrocinador, el líder Jaime Merino.

Vicente, chiva de corazón, siempre auspició al fútbol y como buen partidario del equipo  mueblerías La Unión, prestaba oído a sus jugadores y amigos: “chacachá” Sanabria, Felipe “colipa” Hákim, Silvestre “Tete” Castañeda, Constantino “Tino” Olvera, Cayetano “huesitos” Buendía, Félix Martínez, Héctor y Raúl García, Saúl Castro, Gilberto Martínez, entre otros.

Solícito a obras sociales, constante en dar servicio, fanático del deporte, y sobre todo alerta con las generaciones nuevas, Vicente vivió 81 años; su deceso ocurrió el 9 de marzo de 1999, día en que LA AGENCIA DE PUBLICACIONES guardó silencio y los coatepecanos adquirimos la deuda de premiar su benévolo talante. Berthita, su esposa, le sobrevivió 5 años.

Amigos, la memoria es como el mal amigo; cuando más falta te hace, te falla; lo ocurrido se ha ido y jamás tendrá vuelta, las vidas son efímeras y los hombres buenos, dejan recuerdos buenos y los de Don Vicente quedaron esculpidos en cuantiosas memorias; sirva el relato a manera de homenaje para conmemorar el 19.° aniversario de sus exequias.

¡Ánimo ingao…!

 

Escucha la narración en la voz del jarochito:

Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz

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