ALBERT CAMUS: OBRA Y PENSAMIENTO

                                                                                                René Sánchez García.

Si algo caracterizó al novelista, ensayista, dramaturgo, filósofo y periodista, llamado Albert Camus (Argelia 1913, Francia 1960), fue su eterna rebeldía y su rechazo a todo tipo de ideologías, por considerarlas que estaban en contra de los valores de la libertad y la justicia. Desde su nacimiento tuvo que lidiar con la pobreza de su hogar y principalmente contra el cristianismo, el marxismo, el existencialismo original y demás formas de pensar de los individuos y la sociedad de su tiempo.

Este escritor estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Argel, desde donde dio muestras de su rebeldía intelectual y posteriormente como activista de la resistencia francesa durante la ocupación alemana. Se le relacionó con los movimientos libertarios de la postguerra de dicho país. En aquellos momentos era miembro del Partido Comunista Francés. Es un autor poco leído, pero siempre se le recuerda porque en el año de 1957 obtuvo el Premio Nobel de Literatura, “por poner de relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres en la actualidad”.

Entre sus libros más conocidos encontramos: El revés y el derecho, El hombre rebelde, La muerte feliz, La caída, El mito de Sísifo, El extranjero, La peste, así como Calígula. Los críticos de su obra escrita publicada lo ubican en la corriente del Absurdismo (nostalgia irracional y humana), igual dentro del Nihilismo (la lucha por la libertad individual), asociándosele más dentro del existencialismo (orientación alrededor de la propia existencia humana). Lo cierto es que su pensamiento está fuertemente influenciado por los razonamientos filosóficos de Schopenhauer, Nietzsche y el Existencialismo alemán.

Recordemos que el Existencialismo es tanto una corriente filosófica, como también una visión literaria. Es en ella, que mediante “un profundo análisis de la condición humana, la libertad, la responsabilidad individual, las emociones, así como el significado de la vida, se puede llegar a la esencia”. Aquí el punto de partida de dicho pensamiento filosófico debe ser el individuo y las experiencias subjetivas fenomenológicas, así como la angustia existencial que genera la aparente absurdidad del mundo. Todo esto anterior se llega mediante el empleo del pensamiento, la voluntad y la inteligencia. “Una virtud primordial en el pensamiento existencialista es la autenticidad”.

Finalmente, los pensadores del existencialismo sostienen que la combinación del pensamiento moral y el pensamiento científico son insuficientes para entender la existencia humana, por lo tanto, es necesario un conjunto adicional de categorías, gobernadas por la norma de autenticidad. Este tipo de pensamiento influyó posteriormente en otras disciplinas como la teología, el teatro, el arte, la literatura y principalmente en la psicología. Es simple y sencillamente “una búsqueda del sentido de la vida humana”.

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