AMAR LA VERDAD Y EL BIEN NOS UNE
AMAR LA VERDAD Y EL BIEN NOS UNE
Pbro. Juan Beristain de los Santos
Muchos ciudadanos y bautizados viven sin vivir y sin
dignidad porque olvidan lo esencial de la existencia: Amar la Verdad y el Bien. Vivir sin amar la Verdad y el Bien es un gran obstáculo para hacer
el bien y generar el desarrollo integral para
todos los demás. Nunca desparece la constante tentación de mentir y engañar a los demás para beneficio
personal. Es una tentación presente en la vida
de todo ciudadano.
El amor a la Verdad y al Bien es un criterio fundamental
que está inscrito en la naturaleza
humana. Ninguna persona, sea quien fuere, puede ser el único y universal fundamento de la verdad y del
buen actuar. Joseph Ratzinger recordó el
peligro constante de personas que desean presentarse como los modelos de la verdad y del buen actuar: «Sí,
hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no
tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o
no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto;
decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias». Toda propuesta para
buscar el desarrollo integral de México y Veracruz
será verdadera y realizable, si se basa en el amor a la Verdad y al Bien que
llevan a todo ciudadano a beneficiar a todas
las personas, incluyendo a los más de 60 millones de pobres de nuestro
México.
Las decisiones y las acciones basadas en la Verdad y en el Bien nos tienen que ayudar para asumir y realizar todo aquello
que más nos haga buscar la justicia, la paz y la solidaridad hasta crecer como personas solidarias y mantener en alto
nuestra dignidad humana. Aceptar un proyecto sin estos ingredientes es volver a la misma pobreza humana que tantos
dividendos da a quien sólo busca su
propio interés. El amor a la Verdad y al Bien se demuestra con proyectos y acciones
que beneficien a todos
sin excluir a nadie.