AMLO, aval de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua
AMLO, aval de las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua
Por Edgar Hernández
¡Daniel Ortega, el otro
Somoza!
El verdadero rostro del
gobierno de Andrés Manuel López Obrador se mostró este fin de semana al recibir
el repudio latinoamericano a las dictaduras “disfrazadas de izquierda” de los
herederos de Fidel Castro, Hugo Chávez y Anastasio Somoza.
En la cumbre de presidentes
y jefes de estado se hizo patente lo que ya se sabía, el rechazo a los
“presidentes” Miguel Díaz Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega Saavedra, éste
último no presente debido a la escalada represiva que lo tiene ocupado en su
país.
A López Obrador lo tomó por
asalto la demencia senil luego de quedarse atrapado en las disputas ideológicas
de hace más de medio siglo cuando parte de la juventud idealizaba la lucha de
los “barbudos”, la insurgencia guerrillera y los paradigmas cheguevaristas.
Pretende liderar movimientos
de izquierda latinoamericanos olvidando que mas que tener encima a Estados
Unidos, tiene el peso de una treintena de países de la región que los rechazan,
amén de la reprobación mundial.
Hoy presume victorias
regionales con sus llamados a la unidad y combatir al imperialismo, cuando
México está atado a una economía que mantiene a flote a la república.
Cuba, tras 60 años de
dictadura -hasta que se murió Fidel Castro y más allá- no es ejemplo de nada.
La Isla hace mucho que entró
en agonía tras el fracaso del castrismo luego de una revolución sin sentido que
tiene a diez millones de cubanos en la peor de las miserias.
Mientras Venezuela cada día
está más empobrecido y humillado.
Luego que dos millones de
ciudadanos huyeron de la dictadura de Hugo Chávez y los que se quedaron mueren
de hambre ante los abusos de poder y saqueo, un imbécil ex guardaespaldas,
Nicolás Maduro, ungido por la fuerza como presidente de ese país, alucina
mensajes de pajaritos que le traen órdenes del más allá.
Y el más lamentable, Daniel
Ortega.
A este exguerrillero le dio
el equivalente al Síndrome de Estocolmo al terminar amando a quien combatió, al
dictador Anastasio Somoza, cuya familia gobernó por la fuerza por más de 60
años.
Ortega, quien supo hace
medio siglo lo que era vivir y padecer en la cárcel los abusos de poder y que
tanto repudió la violación a los derechos humanos resultó peor que su opresor.
El mismo que se sumó a la protesta
y lucha guerrillera tras el asesinato del periodista de Pedro Joaquín Chamorro
Cardenal, en la década de los ochenta, hoy tiene en la cárcel a la hija de la
viuda y expresidenta Violeta Barrios de Chamorro, Cristiana Chamorro, por
aspirar a gobernar Nicaragua.
Y el colmo, el hoy acusado
de represor en complicidad con su esposa Rosario, exige a su Fiscalía detener
al escritor y ex vicepresidente de Nicaragua, Sergio Ramírez por supuestamente
“incitar al odio” en el contenido de juicios abiertos a opositores.
Así, quien enarboló hace más
de cuatro décadas la bandera libertaria, hoy tiene en prisión a siete
candidatos presidenciales, así como una escalada represiva que ha dejado en los
últimos 36 meses un saldo superior a los 350 muertos.
Todavía hace cuatro años en
casa de Edén Pastora, el “Comandante Cero”, en el marco de un homenaje a Pedro
Talavera y quien esto escribe por nuestra participación en la lucha por la
liberación nacional de hace 43 años, se confiaba en que Ortega no caería de
nuevo en el apetito reeleccionista. De hecho, el propio Ortega estaba cierto de
una transición democrática.
No fue así.
Todo ello, así como se
relata y vive, es lo que aplaude López Obrador, quien este fin de semana
recibió un serio revés de parte de los presidentes de Paraguay y Uruguay en el
marco de la cumbre de Celac.
Los mexicanos estamos
viviendo el ocaso de un Peje empequeñecido ante la fuerza latinoamericana.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de
Periodismo