AMLO, Diputados y burócratas
Por Salvador Muñoz
Los Políticos
Y volvió… que no regresó… La primera
reaparición de Andrés Manuel López Obrador en La Mañanera, tras haber anunciado
la semana pasada que iba a estar fuera de circulación tras haber contraído
Covid, fue vista desde dos ángulos:
El primero, con el gusto de los morenos
de ver a su líder moral listo, fuerte y sano para seguir al mando del timón de
este barco llamado Titanic, digo: México.
El segundo, visto por quienes se
podrían considerar los contra-AMLOs a quienes no les sorprendió su recuperación
porque consideran que a diferencia de millones de mexicanos que tienen que
hacer filas enormes para que les hagan un estudio, él tuvo todos los cuidados
que un paciente común y corriente quisiera tener.
Sí, cualquiera podría decir que es el
Presidente y en cualquier parte del Mundo, por el hecho de llevar la más alta
responsabilidad que el Titanic le demanda, perdón: que el País le demanda, pues
a fuerza que debe tener los mejores cuidados, así hubiera surgido del PRI, PAN
o del que usted quiera.
Aunque también hay quienes dirían que
entonces, para qué se la jalan con esos discursos de “nosotros los pobres”,
“pobres-pobres, pero honrados” y “por el bien de todos, primero los pobres”…
Una molestia similar se vivió o vive en
la burocracia estatal cuando se enteraron que la Sesión Legislativa de este
martes se hará de manera total en forma virtual, es decir, todos y cada uno de
los diputados que conforman la LXVI Legislatura del estado de Veracruz, desde
su casita (porque la pandemia lo demanda), estarán haciendo lo que mejor saben
hacer: pensar en todas las cosas que son mejor para nosotros…
¿Y en qué consiste la molestia de la
burocracia estatal?
¡Ah! es que ellos sí están yendo a
trabajar y si se sienten mal, pues tienen que hacerse una prueba de cajón para
ver si están “agripedos” o tienen Covid.
Pero eso tampoco en sí es la esencia
del malestar… el asunto es que la prueba para ver si son sujetos de
incapacitación o no, es costeada por el mismo empleado, que a ojo de buen
cubero, una prueba de PCR que es la que demandan por su efectividad, viene
saliendo en 950 pesitos la más barata y socorrida en áreas de Salud pública, y
en unos 2 mil 400 pesos en laboratorios privados.
Entonces, la pregunta que se hacen los
burócratas es que cómo es posible que los diputados, desde su casita, sí puedan
trabajar, pero ellos no…
Al igual que en el caso de AMLO hay dos
ángulos en que se ve esta situación:
El primero, es que se habla entre nueve
y once diputados que contrajeron Covid, entre los que se cita a Juan Javier
Gómez Cazarín, Ana Miriam Ferráez y Maleno Rosales… del resto, nada se sabe.
Pero si es casi una decena de
legisladores los enfermos, multiplíquelos si anduvieron de la Ceca a la Meca en
el Congreso con auxiliares, asesores y secretarias… de pandemia pasa a
pandemonium!
El segundo, hay quienes consideran que
los diputados, nuestros diputados, si se enfermaron fue porque están cerca de
su pueblo, de su gente, de la raza, y su trabajo los orilla a correr varios
riesgos como contraer Covid ¡o hasta subir de peso! por eso se les permite una
sesión virtual.
En resumen, tenemos de regreso a un
presidente fuerte y sano; a un Congreso, ni tan fuerte ni tan sano, pero
trabajando; y a una burocracia que se truena los dedos porque en sus oficinas,
nomás ven cómo el Covid hace de las suyas y enfermarse para ellos, es un lujo
que difícilmente pueden darse como el presidente o como un diputado.