“AMLO, ESTAMOS HARTOS ¡TERMINAS Y TE VAS!”, LA CONSIGNA
“AMLO, ESTAMOS HARTOS ¡TERMINAS Y TE VAS!”, LA CONSIGNA
Línea Caliente
Por Edgar Hernández*
Crece
la insurgencia ciudadana.
Al
arrebato popular se suma la creciente irritación por la injerencia de las
fuerzas armadas en las campañas políticas y el abierto proselitismo del responsable
de la política interior en defensa de una revocación no pedida por la
ciudadanía, pero reclamada por el ego de López Obrador.
Hay
enojo social por esa cruzada destructiva en contra del INE, el mismo organismo
electoral que le reconoció en 2018 la victoria al hoy presidente de México, para
que “el pueblo elija a nuevos Consejeros electorales que estén en favor de la
democracia”.
Destruir
al INE para construir otro INE y demoler al Tribunal Electoral que han sido un
estorbo para consumar afanes autoritarios, no lleva a otra cosa más que
construir una oficina alterna a la Presidencia, manejada desde la Secretaría de
Gobernación, una “Comisión Federal Electoral”, como en la era del viejo PRI que
desde Bucareli controlaba todo.
Todo
ello para allanar el camino a AMLO en su loco afán de transitar de una
dictadura imperfecta a una perfecta.
Decenas,
cientos, miles de millones de pesos –gastar es lo de menos- se invierten en la
pretensión de volcar al pueblo en las urnas el próximo domingo para mostrar, al
mismo pueblo, que si queremos que López Obrador siga al frente de la
Presidencia, cuando nadie le ha pedido que se largue a su rancho por el mismo
denominado “La Chingada”.
Poco
importante que los más sepamos que la consulta tiene el propósito de acumular
capital político para cerrar el sexenio y estar en posición de emprender todo
tipo de aventuras políticas de cara al 2024, entre ellas la extensión del
mandato.
Por
ello la movilización desde Palacio Nacional a 21 ciudades del país este fin de
semana con cargo al erario.
Es
una carrera de premios y castigos impuesta por AMLO para tener el parámetro,
después del 10 de junio, de quienes de sus fanáticos seguidores si cumplieron
con llevar millones de ciudadanos a las urnas.
Por
eso la desbocada presencia en Sonora del titular de gobernación Adán Augusto
López, donde a grito pelado dijo que el INE no lo puede correr y que “de
hacerlo, sería un honor por apoyar a López Obrador.
Por
eso el desbordado entusiasmo de Claudia Sheimbaum no solo de cuidar su plaza
dividida, la ciudad de México, sino de atender Durango y Aguascalientes.
Por
la misma razón estuvo el sábado en Xalapa y no en Zacatecas, Rocío Nahle,
rodeada de 20 mil acarreados que le llevó Cuitláhuac quien hoy se siente el
paladín de la democracia capaz de atender a la Nahle y luego volar a Tamaulipas
para socorrer al candidato que arranca campaña.
Pero
regresando a lo sustantivo, bien se dice que convocar a los jefes militares a
inmiscuirse de lleno en asuntos político-electorales, es algo que ni Díaz Ordaz
se atrevió a realizar.
Con
azoro la opinión pública observó este fin de semana el evento proselitista de
Morena del general Luis Rodríguez Bucio, Jefe de la Guardia Nacional gritando
consignas en favor del López Obrador y aplaudiendo el llamado a acudir a votar
por la no revocación.
Se
guarda también para el anecdotario político y vergüenza de las propias fuerzas
militares, observar al general Secretario de la Defensa Nacional, Guadalupe
Acosta Naranjo, usando aviones del ejército para trasladarse de un mitin a
otro, de un evento a otro, en una preocupante simbiosis: política-militares.
Más
claro ni el chapopote.
¡Al
Diablo! lo que diga la inteligencia nacional. Al carajo los argumentos de que
todo es una maquinación para medir la popularidad de López Obrador y el
tamaño del voto duro moreno.
Olvidan,
sin embargo, los morenos que su validez depende de un derecho subjetivo en
donde deben o deberían participar el 40% de los mexicanos inscritos en el
padrón electoral, es decir 37 millones de los más de 93 millones que lo
integran, cosa punto más que imposible por dos razones: el descenso en la
popularidad de AMLO a menos del 50% y la silenciosa cruzada de no ir a votar el
próximo domingo.
Hoy,
ya no hay de otra.
La
república tras los afanes de AMLO, quedó partida en dos. Por un lado Morena y
su militancia avalada por gente becada o jefes de familia de más de 65 años
pagados, y por la otra, el grueso de la gente inconforme con el mandato
manipulador y aliado a fuerzas criminales de López Obrador.
Una
consigna corre por las venas del país “AMLO, estamos hartos” ¡Terminas y te
vas!”.
El
reto, no salir a votar.
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo