AMLO, se va o se muere de un coraje
AMLO, se va o se muere de un coraje
Por Edgar Hernández*
¡Tras la jornada electoral
en Coahuila e Hidalgo, queda claro que estábamos mejor cuando estábamos peor!
Cita
la historia que personajes como Hitler, Mussolini o Joseph Stalin, por no
referir a los locales, Santa Anna, Porfirio Díaz y Calles, al inicio de sus
luchas sociales concitaron la simpatía de las masas por su empeño democrático y
lucha a muerte por el cambio a favor de las mayorías.
Una
vez que llegaron, sin embargo, se convirtieron en la peor de las pesadillas de
sus pueblos que terminaron llevándolos al suicidio, muerte violenta o
envenenamiento y los que quedaron vivos, insistiendo en los locales, fueron
echados del país.
Andrés
Manuel López Obrador anda por esos rumbos.
Réplica
de Hugo Chávez, que hoy se sabe fue un cáncer inducido lo que provocó su muerte;
remedo de Maduro y mala copia del dictador Daniel Ortega, el legendario Peje, en
menos de dos años de su mandato, entra en fase terminal.
En
menos de dos años nos deja un país en ruinas, dividido y en el dintel del
estallido social. En menos de dos años, salvo sus chairos, difícil, muy
difícil, que las mayorías apuesten por él.
Ya
mismo, la sociedad civil lo empezó a colocar en el sitio donde nunca debió
salir, el último lugar.
Gestó
Morena, un partido que no existe, que nunca existió ya que solo fue una
plataforma para para hacer el ruido necesario ante un gobierno corrupto, el de
Peña Nieto, que temeroso de ir a la cárcel le entrega la banda presidencial a
quien ya gobierno, lo primero que hizo fue mandar al Diablo a las
instituciones.
La
magia de la 4T, de Morena y su redentor sería, sin embargo, a la vuelta de tan
breve periodo como los cohetones de feria: suben y suben hasta iluminar el
firmamento para luego ir a recoger las varas.
Andrés
Manuel López Obrador será recordado, pero muy recordado por su estilo personal
de gobernar, diría don Daniel Cosío Villegas, que ni en los peores tiempos del
PRI o en los efluvios de poder del PAN, vivió la república hoy caracterizada por
un primer mandatario empeñado en consumar venganzas y gestar odios y persecuciones.
Toda
una confusión nacional se ha sucedido en los últimos 22 meses de gobierno.
Toda
gestada por la desinformación a la que se suma la ignorancia y la obnubilación
que da a López Obrador a su afán autoritario.
Hoy
no queda claro que los 30 millones de mexicanos que votaron por Andrés Manuel
López Obrador fueron producto de una inercia propagandística sumada a la compra
masiva de votos y la migración a la causa pejista, de ejércitos de priistas y
de otros partidos minúsculos como el Verde, MC y el PT.
López
Obrador terminó desquiciando a la república, la partió en dos abriendo en tan
breve plazo nuevas brechas democráticas en su contra.
Hoy
es un hecho la conformación de un frente común opositor. Hoy se percibe un
empeño multi partidista por juntarse para romperle la madre –a la buena y a la
mala- en las urnas como sucedió ayer domingo donde Coahuila e Hidalgo le dieron
la espalda.
Se
observa asimismo que las cabezas de la oposición empiezan a despertar; que van
por alianzas para arrebatarle el Congreso, y que los mismos ex presidentes ya
empezaron a mover los hilos para crear el efecto dominó en favor del PRI, del
PAN y del PRD.
La
clase política, la Nomenklatura, tiene asimismo muy claro que con AMLO ya no
hay compromiso por no respetar los acuerdos y Felipe Calderón –tras el último
arrebato pejista de no permitirle a Margarita Zavala el registro a su partido
político- se constituyó en una declaración de guerra en abierto.
Calderón
tiene el dinero, el respaldo de una parte de la ciudadanía, empresarios y
banqueros y, lo más importante astucia, estrategia, sagacidad e inteligencia
que del otro lado no existe.
Y
para los gobernadores no morenos, que son la mayoría, la mejor arma contra
López Obrador es la evidencia de que el gobierno de la república se ha entregado al crimen organizado, tal
como se denunció en la última reunión de gobernadores.
López
Obrador también tiene una larga cola que le pisen y aun cuando la investidura le
permite el abuso de poder y la impunidad, sus enemigos declarados le van a
jugar una mala pasada primero en las urnas para luego confinarlo o llevarlo a
prisión.
Tiempo
al tiempo.
*Premio
Nacional de Periodismo