Anaya y Nahle
Los Políticos
Anaya y Nahle
Por Salvador Muñoz
Si Ricardo Anaya sale del país, hay dos
formas de ver su exilio:
Para los morenistas, se convierte de
inmediato en una especie de prófugo político.
Para la oposición, se convierte de
inmediato en una especie de perseguido político.
Cuestión de enfoques.
Lo cierto es que el tema Anaya, acusado
de haber recibido un soborno por más de seis millones de pesos para aprobar la
Reforma Energética en su paso por San Lázaro, surge a los pocos días en que una
encuesta lo colocara entre las preferencias a disputar la presidencia en el
2024 seguido de Lilly Téllez.
A como están los aguacates en este
gobierno, algo similar al de “Dispara primero, luego viriguas”, en un momento
dado se podría entender el “más vale aquí corrió” de Anaya bajo un entendido de
que puede tener más valor un “asilado político” que un “preso político”…
recuerden a Rosario Robles…
Y si de recordar se trata, ¿se
acuerdan, allá por el 2005, del desafuero de Andrés Manuel López Obrador? Todo
el aparato gubernamental, la entonces Procuraduría General de la República, el
Congreso de la Unión, contra el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Se logró el desafuero, pero cuando
Vicente Fox y equipo percibieron el sentir social ante lo que era evidente un
ataque político (el pecado del Peje, abrir una calle si no mal se recuerda,
hacia un hospital), la Procuraduría General de la República desistió pero el
daño ya estaba hecho, precisamente a un año de que se diera la elección
presidencial. Si bien no ganó López Obrador, apuntaló su figura y se desgastó
la de Fox Quesada y a la vez, empañó el triunfo de Felipe Calderón Hinojosa.
Se dice mucho que quien no conoce su
historia, está condenado a repetirla… y el mismo presidente López Obrador
insiste en que la venganza no es su fuerte, pero una cosa es lo que se dice y
otra la que se hace…
Oír a López Obrador es escuchar
resentimiento… creo que ningún ciudadano con tres dedos de frente está alejado
de la idea de que quien haya cometido un ilícito, sencillamente se le aplique
la Ley y haya justicia; mas el papel que desempeña AMLO desde una Mañanera, con
las redes sociales y críticos con la mira en él, deja espacio para que en lugar
de destruir a sus adversarios, los vaya construyendo, así, igualito como en su
momento lo hizo Vicente Fox con él…
II
Mi apoyo a la aspiracionista Rocío
Nahle para que sea presidenciable este 2024. Mil veces preferible verla en las
boletas para la Federal que para la Estatal.
El hecho de que ella salga para ponerse
entre las “corcholatas” del Pejedente, es porque a diferencia del país que está
en semáforo rojo y naranja, para las “aspiraciones” a la Grande, hay luz verde,
hay permiso, hay plan con maña.
Andrés Manuel es una persona que quiere
pasar a la historia no sólo por ser el segundo partido que logra la alternancia
en el principio de siglo, sino que es seguro que uno de sus legados más
sorprendente sería que impulsara en la sucesión a una mujer… por supuesto, esto
no quiere decir que sea Nahle (ojalá lo sea, por el bien de Veracruz), ya que
además de la secretaria de Energía, está la Tía Tatis Clouthier y Claudia
Chambona (Sheinbaum pa’ los cuates)… sólo piense el tamaño del Ego de Andrés
Manuel: mil contra uno a que su candidato o candidata es quien le sea fiel,
leal, devoto, seguidor, adepto a los principios que rigen, no a su gobierno,
sino a su forma de pensar… Piense quién de Ebrard, Nahle, Clouthier o Sheinbaum
encaja en los requisitos que demanda el Pejedente…