Andar el 2021.
Andar el 2021.
Por Martín Quitano Martínez
Nadie ofrece tanto como el que
no va a cumplir.
Francisco de Quevedo.
El camino
a la disputa electoral acentúa los intereses facciosos por encima de las propuestas
para enfrentar nuestros problemas. Nada que mitigue las angustias sociales,
sumando que más de 600 mil trabajadores formales hayan perdido sus empleos en
el 2020, que los feminicidios y la violencia de género se acentúa, o los altos
niveles de inseguridad registrados en datos que indican un incremento en este
tipo de percepción nacional, ya que siete de cada diez ciudadanos nos sentimos
inseguros en el lugar donde vivimos.
Los
tiempos corren rápidamente, las difíciles condiciones de nuestro país definen
circunstancias enmarcadas en escenarios de crisis global, de rupturas de
condiciones ocasionadas con la pandemia y con el establecimiento de posiciones
políticas desfavorables para la concordia social, asomándose nuevamente ideas
autoritarias y antidemocráticas que parecen reforzarse y poner en aprietos las
esperanzas forjadas en las construcciones demócratas.
Hagamos
un esfuerzo por mejorar las discusiones electorales hacia lógicas distintas,
abandonando la continuidad de los ritos de confronta de siempre, con
descalificaciones y señalamientos que suplen la carencia total de propuestas
serias. Dejemos atrás los lugares comunes de promesas incumplibles o retóricas
discursivas huecas. Exijamos planteamientos claros a problemas específicos,
rutas de trabajo plausibles, con viabilidad presupuestal, operativa y política.
Establecer
esquemas que brinden a los ciudadanos líneas de información de las ideas que se
quieren desarrollar para que la ciudadanía tome decisiones sobre propuestas e
informaciones veraces, mucho más allá de los datos falsos y las mentiras.
No es
momento de arriesgar e insistir en profundizar la crisis de la política y de la
democracia; promovamos que en todos los niveles donde se desarrollen procesos
electorales en este año, se eviten los reduccionismos, las calumnias, la
intolerancia o la falta de razones como ejes de posturas que aumentan la
polarización y quiebran los puntos de encuentro de un espíritu democrático que necesita
el respeto de las opiniones diferentes, que reconoce las normas y los marcos
democráticos que tanto nos han costado construir como sociedad.
Esta
elección que viene, la más grande que se ha realizado nunca, debe permitirnos
avanzar con razones y reflexiones que ameritan los ejercicios de representación
y de gobierno que están en juego. Enfrentar el 2021 obliga a mirarnos en un
espejo donde la humildad, la tolerancia y el respeto de los otros deben
guiarnos por una ruta hacia el encuentro de mejores comportamientos ciudadanos.
DE LA BITÁCORA DE LA
TÍA QUETA
No hay presupuesto para el combate al feminicidio.
¿Y mientras qué hacemos?