Año de 1519
Por René Sánchez García.
Hace 500 años cambió de la noche a la mañana, la vida tranquila, pacífica y por qué no paradisiaca, de todos y cada uno de los hombres y mujeres que vivían en lo que antiguamente se conoció con el nombre de Mesoamérica. Los pueblos y culturas que convivían por aquellos años, pegados a la madre tierra y a los dioses de la naturaleza, fueron invadidos, fracturados, masacrados y finalmente conquistados por Hernán Cortés, aquel hombre español enviado por reyes europeos, necesitados de más riquezas y de otras rutas de comercio en el mundo para seguir viviendo con lujos de todo tipo, como estaban acostumbrados.
Este año de 1519 puede considerarse como el año de la maldición para toda la América recién descubierta años antes por Cristóbal Colón. Fue el año en que medio millar de soldados españoles (delincuentes recién sacados de la cárceles) partieron en el mes de febrero de Cuba hacia nuestras costas veracruzanas, llegando a lo que ellos bautizaron con el nombre de la Villa Rica de la Verdadera Cruz. Fue el año de la fundación de la primera iglesia católica, del primer ayuntamiento y de la construcción de la primera casa para el conquistador, tal y como lo afirman las ruinas de la Antigua, entre lo que es hoy Cardel y el puerto de Veracruz.
1519 es el año del caminar y trazar rutas de los españoles hacia la gran Tenochtitlan, situada en lo que es en este momento la Ciudad de México. Es el año el año en que por primera vez se vieron las caras Moctezuma y Cortés. Un monarca indígena lleno de miedos y temores y un conquistador lleno de ambiciones. Fue el año de la primera batalla ganada por los españoles en Centla, donde ellos descubrieron el miedo de los nativos hacia el fuego de las armas y hacia los caballos que escupían ese fuego que mataba. En este mismo año fue que la Malintzin fue obsequiada a Cortés, misma que le sirvió de intérprete, gracias a que dominaba varios dialectos.
Fue el 1519 el año en que Moctezuma creyó que la profecía se cumplía, o sea la llegada del gran Dios del quinto sol, cometiendo el grandísimo error de obsequiarle como bienvenida oro y máscaras de turquesas a Cortés. Fue el maldito año de las alianzas, de varios pueblos indígenas con el conquistador, a fin de terminar con el dominio de los gobernantes de Tenochtitlan. Fue el año de la fundación de la Villa Rica y del rendimiento y sometimiento de los totonacas en la hoy Cempoala y Papantla. Fue el año de la matanza en Cholula cuando Cortés avanzaba hacia Tlaxcala. En fin, el año de 15l9 fue un año lleno de cientos de desgracias y miles de muertos, que hoy la gente que no comprende quiere que se festeje con bombo y platillo, unos para recordar la fecha, otros para hacer negocio como siempre.
Propongo que éste 2019 sea de luto nacional en toda la América conquistada, sometida y saqueada durante más 300 años por esos irracionales hombres europeos.
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