AÑO NUEVO 2022
AÑO NUEVO 2022
Por Uriel Flores Aguayo
Se fue el año 2021, tan lleno de peligros que
era poco deseado, tan amargo que se agradecía su conclusión. Fue el segundo año
con pandemia del Covid-19, con contagios y muertes. De lenta recuperación
económica y de movilidad, con severos impactos emocionales en la gente. En
medio de la zozobra se abrió paso el siempre apacible diciembre, con su
convivencia y un poco más de abrazos reales, con sus descansos y solvencia
económica, con sus luces y alegrías, con su nostalgia por los seres queridos en
ausencia física definitiva o lejanía geográfica involuntaria. Cada año es un
periodo definido claramente para hacer un alto y plantearse el recuento de lo
hecho, de lo aprendido y lo que siga pendiente. Está por verse si somos mejores
después de vivir un año terrorífico. Eso se verá. Normalmente los avances en
civilización son producto de extensos y complejos procesos. No hay atajos. Tal
vez sean excepciones las guerras y la pandemia que sigue entre nosotros para
apurar una mejora en nuestra condición humana.
Ahora ya estamos en el Año Nuevo, el 2022, con
sus retos e incertidumbre. Está claro que continuaremos azotados por la
pandemia del Covid-19, con sus distintas variantes, en números de contagios y
muertes. Será menos letal por las vacunas y las medidas preventivas que ya son
comunes a la mayoría de la gente. Hay que celebrar a la ciencia por sus
gigantescos logros en medicamentos y vacunas acordes a los efectos del maligno
virus. La ciencia nos está salvando.
La economía nacional anda mal,
no crece lo suficiente y es acotada por la inflación. A pesar de la
recuperación del año pasado cuando se le combina con el año 2019 queda con
resultados negativos. Se avizora un año difícil económicamente hablando. En
materia de seguridad las cosas están peores. Han sido periodos
extremadamente violentos e inseguros en lo general para México. La tendencia
será ascendente hacia una mayor inestabilidad en amplias regiones del país de
continuar la política de dejar hacer y dejar pasar. Si los poderes fácticos
violentos se siguen empoderando y son intocables, en consecuencia, continuará
el sometimiento y desamparo de la ciudadanía. Se espera un año con la casi
completa reactivación en movilidad y actividades educativas y recreativas, con
línea a la normalización de la vida pública, sin dejar de considerar los
riesgos del virus que amenaza en permanecer por varios años entre
nosotros.
Un año más puede ser importante o no para cada
quien y para la colectividad, puede ser mejor. Con todo y sus incertidumbres es
un reto para aplicar lo aprendido en toda la vida y en la coyuntura del azote
de la espantosa pandemia. Es obvio que la sociedad condiciona como factor
central lo que hagamos individualmente pero no lo es todo. Cuenta la voluntad,
las convicciones, el compromiso, la actitud y la humildad para vivir el Año
Nuevo aprovechándolo, con relativa trascendencia al menos. Que no sea un año
más, de rutina y auto consumo. Que nos permita la oportunidad de hacer el bien
y ser mejores. Si respetamos las reglas comunes, somos solidarios, ejercemos la
tolerancia y asumimos que vamos todos en el mismo barco, haremos del año 2022
una grata y útil experiencia.
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ciudadana serán las tareas distintivas de la administración presidida por Don
Ricardo Ahued.