ANTE LA IGNOMINIA, PIDAMOS LO IMPOSIBLE
ANTE LA IGNOMINIA, PIDAMOS LO IMPOSIBLE
Martín Quitano Martínez
“Sí, yo he vivido con causa.
En el acierto y en los errores, en todo”.
José Mujica
En
nuestro país la violencia se ha vuelto parte de nuestra normalidad vivencial y noticiosa,
de estar expuestos a tan abrumadora cantidad de sucesos violentos, incluida la
violencia de la pasividad gubernamental ante los mismos. El discurso oficial
reitera en el micrófono oficial las consignas oficiales: “no pasa nada”, “estamos
trabajando”, “se castigará a los culpables y no habrá impunidad” o peor aún,
“no es cierto”, “se quiere maximizar”, “son ataques desesperados de la
oposición”.
La
normalidad de los otros datos refuerza el apego partidista y la disciplina al
movimiento que incluye gritar al unísono ante la ineptitud de más de un gobierno el “no están solos”, haciendo
cínicamente patente el respaldo a la violencia, ante “la injuria de los privilegiados”.
En
medio de medio año de vivir en un torbellino de crímenes y asesinatos, los
ciudadanos de Culiacán, Sinaloa, han decidido manifestarse públicamente, con el
riesgo que eso supone, ante el asesinato de un padre y sus dos menores hijos,
por no detenerse y tratar de huir en un retén de criminales. Es increíble que
la oficialidad señale como motivo que el vehículo llevaba los vidrios
polarizados.
Esta
entidad tiene un gobierno morenista, encabezado por un personaje cuestionable,
que ha recibido los respaldos presidenciales, de la cámara de diputados de su
estado y federal, del senado y de los gobernadores de su filia política, que
arropan sin rubor la incompetencia, la impunidad, la opacidad y supuesta
colusión criminal, caracterizado por su retadora e irresponsable verborrea.
La
cuestionable administración del gobernador sinaloense es reforzada por la
acomedida circunstancia de sus respaldos, por la negación o la ceguera ante las
evidencias del poder del crimen y de su pésimo gobierno, dejando en absoluto
abandono la ominosa realidad de los ciudadanos en aras de la protección de sus oscuros
compromisos y de los intereses de la “transformación y la revolución de las
conciencias”.
Desde
ese lado, nada puede ser puesto en entredicho, por ello la crítica es vista
como infundio o ataque. De hecho, alguna tibia y medrosa autocrítica es vista
como traición que debe ser desterrada junto con quien haya osado realizarla,
porque en ese movimiento no hay espacio para la reflexión, no hay oportunidades
de mejora, simplemente porque siempre se hace lo correcto, obedecer lo que se
manda sin cuestionar nada es otra de las consignas centrales.
Son
estos momentos nacionales tan complejos, lo que debe motivarnos a pensar que no
podemos dar todo por perdido, sino que hay quehaceres del día a día que deben
abrir espacios de convivencia y acción política y pública alternativa. Los que
ahora gobiernan deberían pensar, entender y ocuparse más de sus pendientes, en
lugar de dedicarse a criticar a los diferentes, regodeados en sus tiempos de
poder.
El
país necesita mucho más que llamados a la unidad nacional pasados por la
denostación y la calumnia; la unidad nacional que solicitan, solo puede surgir
del diálogo y el encuentro en la diversidad. Urge madurez y una gran
generosidad como partido mayoritario para convocar a todos, sean afines o no,
desde una real visión de Estado que forje una amplia, tolerante y respetuosa discusión
política.
No soy
ingenuo ni quiero parecer imbécil, pero nuestra realidad cotidiana exige
insistir ante la sinrazón imperante, ante un gobierno que como estrategia
central propone el vacío político y democrático, Dijo el filósofo Herbert
Marcuse: «Seamos realistas, pidamos lo imposible», porque no hacerlo sería
simplemente estar y vivir en el vacío.
DE LA BITÁCORA DE LA
TÍA QUETA
Como
en SEGALMEX, en la Secretaria de Educación de Veracruz el titular, pobrecito,
fue sorprendido por la corrupción, otra más de las historias de familia.
X: @mquim1962