ANTE TODO, LA FAMILIA
ANTE TODO, LA FAMILIA
Pbro. José Manuel Suazo Reyes.
Hemos
comenzado este año 2021 reconociendo el valor tan grande que tiene la familia. La familia natural seguirá
siendo el núcleo fundamental de la sociedad. Es la célula básica que forma a
los ciudadanos y la escuela fundamental de la vida de todo ser humano. La familia es el ámbito natural donde se gesta, cuida y protege la vida. Sobre la familia, la Declaración Universal de los
Derechos Humanos dice: «La familia es el elemento natural y fundamental de
la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado»
(Art. 16, 3).
La
crisis sanitaria causada por el COVID-19 nos ha llevado a reafirmar la grandeza de la familia. La familia es de hecho la que ha sostenido a las personas sobre todo en los momentos de
duelo o ante las diferentes crisis que han enfrentado. La familia ha brindado
apoyo, cercanía y consuelo. La familia ha servido de hospital para atender a
los enfermos; ha sacado sus recursos y los ha multiplicado para sostener a
aquellos integrantes suyos que perdieron su empleo, la familia ha dado cobijo a
los que se quedaron solos o abandonados. La familia ha sido casa de oración,
fuente de ternura y escuela de comunión y reconciliación.
Por
todo esto la sociedad y el Estado, como se señala en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, debe proteger a la familia, no destruirla o
sustituirla. Es por eso que lamentamos las políticas públicas de muerte que
algunos actores desde diferentes ángulos han estado orquestando en contra de la
familia. Estas políticas anti familia buscan tener individuos sin vínculos
familiares, y por eso fomentan la reducción de la población vía abortos,
uniones familiares que no pueden procrear, y aniquilación de ancianos y de
enfermos. Parece que su único fin es borrar a la familia.
Este
año 2021 será decisivo para los ciudadanos que escogerán a los nuevos diputados
federales y locales; los temas de familia, vida, valores y libertades
fundamentales serán sin duda motivo de discernimiento serio. Los ciudadanos
tendrán que definir su futuro en base a las plataformas y prácticas políticas y
a la situación que estamos viviendo.
Para
la Iglesia Católica, este año 2021, conforme a los anuncios que el Papa
Francisco ha hecho en sus diversas alocuciones, tendrá un marcado acento
familiar. Tenemos el caso del año jubilar de San José y un año dedicado a la
familia.
Con motivo del 150 aniversario de la proclamación de san José como patrono de la Iglesia Universal el Papa Francisco, el pasado 8 de diciembre de 2020,
convocó a la celebración de un año jubilar de San José. Esto será una
buena oportunidad para meditar en la importancia que tiene la figura paterna en
el hogar. San José es imagen del hombre bueno, sabio y santo, modelo del padre de familia comprometido con la
protección de la vida; imagen del varón que inspirado en principios religiosos hace la voluntad de Dios, desempeña un trabajo y junto con María
se encarga de que el hijo crezca en sabiduría, edad y gracia delante de Dios y
de los hombres.
Por
otra parte, en el Ángelus del pasado 27 de diciembre de 2020, fiesta de la
Sagrada Familia, el Papa Francisco anunció un Año dedicado a la Familia que
dará inicio el próximo 19 de marzo de 2021 Solemnidad de San José y quinto
aniversario de la publicación de la Exhortación Apostólica “Amoris Laetitia”.
Ese año dedicado a la familia finalizará con el X Encuentro Mundial de las
Familias de junio del 2022.
Este Año, dijo el Papa, “será una oportunidad para profundizar en los contenidos de Amoris laetitia, a través de
propuestas e instrumentos pastorales, que se pondrán a disposición de las
comunidades y familias eclesiales, para acompañarlos en su camino”. “Estamos llamados a redescubrir el valor educativo del núcleo familiar, que debe
fundamentarse en el amor que siempre regenera las relaciones abriendo
horizontes de esperanza”.
San
José es el varón fuerte que protege a la familia de la persecución, de sus
enemigos y de la muerte; La Sagrada Familia es el modelo del núcleo esencial de
la sociedad. Este año 2021, no se trata de profundizar en el conocimiento
racional de San José o de la Sagrada Familia sino en imitar con actos cotidianos
las virtudes domésticas que encontramos en la familia de Nazareth.