La Otra VersiónPLUMAS DE COATEPEC

APODOS A COATEPECANOS

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APODOS A COATEPECANOS

El asignar apodos, sobrenombres, motes, o apelativos a los seres humanos, no es propio de nuestra jacarandosa cultura mesoamericana, también existe dicha costumbre en muchos países. Debe considerarse como un “nombre gracioso” que suele darse a una persona, tomado casi siempre de sus defectos corporales. El apodo es algo cariñoso que suele causar algún tipo de burla no dolosa, o una especie chiste gracioso que sirve como sobre identificación personal. Aunque hay opiniones que consideran a los apodos no sólo como una falta de respeto, sino como algo ridículo. A continuación, he recordado a algunos personajes coatepecanos de antaño (hoy finados) con un mote que los identificó hasta el último día de su vida.

Chéjere: Conocido agricultor del café con un mal andar pausado, que platicaba todas las horas del día. Guangoche: Hombre de caminar desgarbado o suelto, hijo de don José Hernández, inventor de los suecos femeninos. Guachi: Persona dedicada por entero a la venta de abarrotes en la primera calle de 16 de septiembre. Escuadra: anciano con bastón de madera, bastante ordenado para cruzar geométricamente las calles o esquinas de la ciudad. Quincaras o Pinolillo: Joven sastre de la calle de Constitución, trabajador de la empresa Coca-Cola y súper aficionado al béisbol.

Can: Hombre corpulento sin oficio alguno, vecino de la calle de Melchor Ocampo, “Viajero” y visitador permanente de la terminal de autobuses Flecha Roja en Xalapa, chato de rostro. Gallo: Coatepecano mil usos radicado en Xalapa, dedicado a vender ricas barbacoas de res y borrego. Kenny: Músico nocturno de bares, visto siempre acompañado de su guitarra o requinto. Piki: Hombre gordo de tés blanca de oficio panadero en pleno centro de la ciudad. Mayalla: Hombre viejo, vendedor de periódicos en los años 60, quien recortaba su calzado para mostrar sus callosidades.

Juanote: también llamado “el loco de la Orduña”, hombre temerario especializado en espantar o asustar a las damas del “Barrio de la Luz” cuando se le subía el trago. Mojarra: Persona de nombre Sergio, corpulento en demasía, despachador por años en la gasolinera “Servicio Martínez”.  Maracaibo: Músico bien conocido por quienes gustaban de los bailes en el parque municipal, igual abarrotero por el rumbo de Hdez. y Hdez. Mudo: De baja estatura, de oficio pintor de brocha gorda, quien solía comunicarse con raros sonidos guturales y muchas señas con sus manos.

Teacher: Sujeto chaparro y risueño, según psicólogo, prefecto de la prepa Ramírez Cabañas. Profesor particular de los niños medios ricos que se les dificultaba el idioma inglés. Creo que vivía a toda hora en “Los Arcos de Belém”. Zángano: De nombre Juan, sin empleo desde su nacimiento, según él socio de los autobuses “Excélsior”. Pingüino: Empleado de Diversa en la Orduña, aunque bajo de estatura, buen basquetbolista coatepecano junto con Jesús Soler. Siempre de trato amable. Alma Grande: Cargador de número y sindicalizado, de gran estatura y corpulencia del cual sobresalían sus pies gigantes. Ceballote: Hombre gordo. Igual cargador de número, buen platicador y bebedor. Zarape: Auxiliar de la Cruz Roja local, nevero, vendedor de cacahuates, cargador de número, dueño de uno de los postes del mercado municipal desde donde veía pasar la vida. Tribilín: Flaco, cargador de los tanques de gas en Casa Hákim en los años 60, nunca subió un gramo de peso. Cal hidra: Vendedor ambulante de nieves en las escuelas y el parque, igual de mini cocteles de mariscos, locutor en los bailes populares, buen bebedor.

¡Espero recordar a otros más y mencionarlos, bye!

sagare32@outlook.com