ARELY Y LOS CONTRATOS MILLONARIOS
ARELY Y LOS CONTRATOS MILLONARIOS
· Las preguntas que no han sido contestadas
hasta la fecha
· Quien es el propietario de la empresa que
representa
· Quien le facilitó obtener ventas al
gobierno por más de 100 millones
Por Miguel Ángel Cristiani
González
Son muchas -demasiadas- las
preguntas que están sin tener una respuesta creíble, en el caso de la empleada
de la SEV, que aparece como representante legal de una empresa a la que en
distintas dependencias del gobierno del estado, le otorgaron contratos para la
adquisición de productos diversos por más de cien millones de pesos.
Esa suerte, no la tiene ni el
presidente Biden.
La información revelada hasta
ahora, parece indicar que es el mismo esquema con el que se trabajó en la
administración del gobernador Javier Duarte de Ochoa, cuya esposa por cierto,
sigue en proceso de extradición del Reyno Unido, pero no la han traído aún para
que responda, al menos, de los 100 millones de pesos que fueron desviados desde
el DIF estatal.
Casi es la misma cantidad de
millones de pesos los que se otorgaron ahora a una joven empleada de la SEV.
Entre los cuestionamientos que
no han sido aclarados hasta la fecha, es por ejemplo, ¿quién o quienes son los
dueños de la empresa privilegiada con esos contratos millonarios.?
¿Desde que dependencia se dio
la orden para que le fueran otorgados esos contratos.?
¿Quién es el funcionario que
movió la cuna, para que se le entregaran esos negocios.’
¿El ORFIS y la Contraloría
Estatal ya están interviniendo, para constatar que lo que se compró
efectivamente se entregó a las dependencias.?
¿La Auditoría Superior de la
Federación va a auditar esas compras?
Al igual comprobar que se
entregaron las compras, se repartieron a los beneficiarios.
No basta con que el secretario
de Educación, Zenyazen Escobar García reconozca que se le entregaron a Araly
Rodríguez Vez contratos en esa dependencia como trabajadora con doble plaza, una
en Xalapa y otra en Cosoleacaque al sur del Estado.
¿Cómo es posible que pudiera
“tramitar” tantas licitaciones de contratos en distintas dependencias si tenía
que estar trabajando también en la SEV.
A menos que le hayan ofrecido
esas dos plazas, como compensación para aparecer como “representante legal”.
No basta con que Zenyazen
Escobar García asegure que se trató de una propuesta de algún sindicato de la
SEV, desde hace más de un año, pero que “curiosamente” no recuerda cual fue.
Araly Rodríguez Vez no
sobrepasa los 46 años y ha sido una de las proveedoras del gobierno de la 4T
más multifacética, porque igual vende mobiliario, equipo médico especializado,
computadoras, uniformes, sillas de ruedas, carriolas y hasta material
anticovid-19.
En solo cuatro años logró 39
contratos por 100.9 millones de pesos con cuatro dependencias de gobierno: La
Secretaría de Salud, el DIF estatal, el Instituto Tecnológico de Perote y los
más recientes con la Secretaría de Seguridad de Veracruz.
En todos se identificó como la
proveedora 32804 de la Secretaría de Finanzas y logró los contratos vía
adjudicación directa. Como su dirección marcó la calle Huelva 39 en la popular
colonia Higueras de Xalapa, solo que ahí desconocen su nombre.
El líder del PRI, Marlon
Ramírez denunció su sospecha sobre esta proveedora y exhibió los contratos en
dos ocasiones, – en noviembre del 2022 y recientemente en enero, durante la
comparecencia del Órgano de Fiscalización de Veracruz.
El gobernador Cuitláhuac
García dice que se investigan sus contratos y que incluso confesó que no es
dueña de la “empresa” sino prestanombres y en realidad es una empleada
administrativa que cubre un interinato en la Secretaría de Educación con dos
trabajos: Uno como secretaria administrativa y otro como prefecta foránea en
una escuela de Poza Rica, por ello recibe salario de casi 20 mil pesos
mensuales.
Pero que no hay “evasión de
Impuestos”.
La empresaria que está dada de
alta como persona física empezó a recibir contratos del gobierno de Morena en
2019, un año después de que entró en operación la administración estatal de la
denominada Cuarta Transformación.
La asignación de contratos, en
los que han estado involucrados varios secretarios de despacho, ha generado
polémica, pues nadie asume la responsabilidad de cómo una persona, sin ser
propiamente una empresa, logró vender al gobierno del estado desde una
computadora, audífonos, uniformes, sillas de ruedas, hasta pruebas de VIH e
insumos para la atención de la pandemia por el virus SARS CoV-2.
Con tantas habilidades para
las finanzas, casi casi, que doña Araly González debería de ser mejor la
secretaria de Finanzas o secretaria de Desarrollo Económico.
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