Ars

Por Rafael Rojas Colorado

Diciembre se quedó en las huellas de la nostalgia, mientras el año 2019 encendió su luz, nos muestra un camino a seguir, parece prometedor y nos llena de entusiasmo, deseamos poner en práctica nuestras aptitudes para llevar a la realidad lo más pronto posible los proyectos que tenemos en mente. Pero como ya es costumbre, conforme van transcurriendo los días, los anhelos se van difuminando gradualmente, y volvemos a la habitual rutina y al paso de los meses ya estamos pensando en el siguiente año, así se nos va la vida. Sueños efímeros, nada más.

Cada persona tiene sus propios propósitos, planes, proyectos y profundos deseos de conseguirlos tan solo con el pensamiento, cada individuo construye su universo en la mente, aunque pocos son los que poseen el talento, la decisión y la capacidad para realizar o al menos acercarse a sus metas.

Sin embargo, creo que a todos nos atañe un objetivo en común, el ser mejores seres humanos, esforzarnos para cederle el paso a la razón en la vida cotidiana, esta dosis bien empleada mejorará nuestras relaciones humanas, sin descuidar el enriquecimiento espiritual a través de la fe en la divinidad, tal vez esta actitud sea de las más positivas para acercarnos a lo que realmente buscamos en la vida. El presente año nos brinda nueva energía, transformarnos para ir en busca de la oportunidad para mejorar como personas, estar dispuestos a cambiar los malos vicios por la renovación del espíritu y notaremos que todo cambia positivamente a nuestro alrededor, seguramente descubriremos el verdadero valor de la vida.

El año 2019 es un nuevo camino en nuestra vida que nos invita a transitar con libertad, brindémosle nuestra mejor actitud y cada paso que avancemos nos acercará a nuevas metas. Dios, como siempre, nos acompañará en esta nueva aventura muy dentro de nuestro ser, para guiarnos en los momentos más difíciles y nuestro corazón latirá con mucha alegría.

Feliz año 2019