Asumir la responsabilidad
Martín Quitano Martínez
mquim1962@hotmail.com
La libertad significa responsabilidad: por eso la mayoría de los hombres le tiene tanto miedo.
George Bernard Shaw
Los corrillos políticos veracruzanos se mantienen con sensaciones y percepciones que reflejan el ambiente descompuesto que priva en este proceso electoral sin duda será parteaguas de la disputa del 2018, pero no solo eso, sino que mostrará que tanto se han movido los comportamientos electorales veracruzanos, soterradamente manifiestos de sus profundos hartazgos a partir del ejercicio del voto, elemento democrático por excelencia.
Ésta del 2016, será una elección de 3 tercios, reñida, peleada ferozmente que no tendría nada de malo a excepción de los niveles de desaseo existentes, del lodo existente en éstos ámbitos que ahora vuela por todas partes, diría José Antonio Crespo que el problema ya ni siquiera son las campañas de lodo sino la cantidad de lodo existente.
Es así, Veracruz se bate en el lodazal generado por años de corrupción e impunidad, donde la cotidianeidad de nuestras clases políticas se sustentan en malas acciones justificadas a partir de un criterio básico de deconstrucción de la legalidad y del estado de derecho.
“Todo lo que tiene precio es barato” decía el gran corruptor, con un ejercicio del “pinche poder” en el que toda actividad y recurso público o privado podría ser sujeto de comportamientos ruines que, escudados en las representaciones políticas, han hecho de Veracruz un lodazal donde se regodea el modelo político dominante del cinismo y la arbitrariedad.
El sedimento pestilente dejado por quienes gobiernan y han gobernado nuestra entidad, es más que solo el cimiento de neo-ricos con cuantiosas fortunas, es el deshecho concreto de una visión y un comportamiento que ha postrado a la entidad, sumiéndola en el subdesarrollo y el empobrecimiento y más aún, pues ha construido un imaginario del mundo político donde cualquier cosa ilegal o negativa se puede hacer sin que `por ello se reciba sanción alguna.
Nuestro problema no es solo la falta de moral pública de quienes nos gobiernan, que lo es, sino la interiorización generalizada socialmente y muchas veces aceptada hacia los gestos de ilegalidad, corrupción e impunidad, generando un abandono de la esperanza y un desdén por asumir compromisos donde el nosotros signifique pensar en la comunidad y no en lo privado.
En 15 días, la elección plantea el reto de reconocerse con alguien o con algo de lo que presenta la boleta, asumiendo este momento democrático como fiel reflejo de
nuestra alicaída democracia y a pesar de todo como la oportunidad de manifestarse más allá del temor y la desconfianza.
El reto está allí, apostar por ser libres y por participar en este momento electoral asumiendo los costos y las responsabilidades de tal acción que implican trascender la fecha de votación y dar seguimiento o abandonarnos rumiando nuestros desencantos.
El escenario veracruzano es de dolor, muerte y terror, es de hartazgo y desconfianza, es de pobreza y por ello precisamente no podemos darnos el lujo de dejar nuestro lugar vacío.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
El Instituto de Pensiones del Estado la caja chica de las incompetencias y los saqueos.