Especial

ATORMENTADA EXISTENCIA

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                Ese 10 de marzo, pero del año 1955, hubo que violentar la puerta de la recámara; la servidumbre estaba preocupada de que la señora Miroslava Sternova Beckova, seguía durmiendo. La sorpresa al entrar, fue encontrar el cuerpo inerte de la diva que horas antes con la ingesta de unos barbitúricos, había provocado su muerte.
                La noticia corrió como reguero de pólvora, y los amarillistas medios de comunicación, dieron rienda suelta a sus especulaciones: “que el suicidio, se debió al desencanto que le jugó el espada Luis Miguel Dominguín”; “que Miroslava había muerto en el accidente de aviación ocurrido dos días antes donde perdió la vida uno de sus amores, el empresario Jorge Pasquel y su cadáver lo sembraron en su propio departamento”; “que su suicidio se debió a las relaciones lésbicas con la rumbera Ninón Sevilla”; “que se suicidó por el desdén de Cantinflas”. La nota roja, que es la que vende, estuvo en su esplendor, hasta que la ANDA en una medida de compañerismo, pidió al mandatario Ruiz Cortines, que ordenara a los periódicos “que ya le bajaran a su desmadrito”.
                Miroslava, originaria de Praga, llegó a México huyendo del nazismo, a los catorce años de edad; a los dieciocho, queda huérfana de madre; se entera que era hija adoptiva; su padre la manda a estudiar arquitectura a los Estados Unidos; conoce a Jesús Jaime “el bambi” González Obregón y se casa con él, llevándose otra decepción, ya que el hombre no le salió hombre; se enamora de Cantinflas, sin ser correspondida; y finalmente se aniquila, al no poder modificar su ATORMENTADA EXISTENCIA.
                Era tan guapa, pero tan guapa, que hasta Tío Mito, el de allá de Otatitlán, al verla de cerca —cuando Rutilo Parroquín le cantaba—, quedó perplejo. Solo bastaron unos minutos para que tío Mito fuera corriendo a avisarle a su esposa la Tiaca, que recogiera sus cosas y se fuera, porque “—me voy a traer a Miroslava a vivir conmigo”. Eso me lo contó Paquirito Aguirre Beltrán.
                Amigos, Napoleón decía que “abandonarse al dolor sin resistir, suicidarse para sustraerse de él, es abandonar el campo de batalla sin haber luchado”. Cuánta razón del viejote ese.
                ¡Ánimo ingao…!
                Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz
                Dice el DJ que juzguen por ustedes mismos ¡el encanto de la Miros…!

 

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