BEATRIZ, TANTO QUE LE HICIERON AL CUENTO SUS SEGUIDORES
BEATRIZ, TANTO QUE LE HICIERON AL CUENTO SUS SEGUIDORES
Por Edgar Hernández*
Una a una, fueron cayendo las fichas opositoras de quienes
aspiraban, no a suceder a López Obrador, sino a ungirse como armas de
negociación al lado del ganador con declinaciones de última hora a cambio de
preservar impunidad y seguir manteniendo privilegios, negocios o posiciones de
poder político.
Uno a uno, se fueron apartando o de plano sumándose a la
“buena” tras el fenómeno Xóchilt sucedido a partir del 12 de junio cuando le
cerraron las puertas de Palacio Nacional.
Y una, la última, Beatriz Paredes, prefabricada desde los
más oscuros enclaves de poder con el apoyo de la Nomenclatura que la destapa
imponiéndole un maquillaje de vencedora, de política de altos vuelos capaz de
derrotar a López Obrador para finalmente dejarla colgada de la brocha.
Deja de ser competidora porque “Las encuestas no le
favorecen”, según Alito, sin saber a ciencia el motivo del descarte -“Voy a
esperar la encuesta del Frente”, defiende Paredes-.
¿Acaso pelearon Alito y Beatriz? ¿Por qué el madruguete de
Alito al abrir la puerta de retirada de la senadora? ¿Fue un acuerdo previo con
el propio Frente Amplio por México?
Hoy el otrora partido de las mayorías seguramente siempre
estuvo enterado que los más importantes sondeos demoscópicos invariablemente
colocaron a Xóchitl Gálvez de puntera.
Si fue así por qué insistir en aras de la “legitimidad y
democracia partidista” jugar la carta Paredes casi hasta el final.
En los hechos nunca fueron aliados Alito y Paredes,
situación que se recrudeció tras la renuncia al PRI de su jefe de bancada en el
Senado, Miguel Angel Osorio Chong, sin embargo, hubo acuerdo inicial.
¿Qué lo rompió?
El punto es que al concluir los 5 foros regionales previos
al anuncio final el próximo domingo 3 de septiembre, el PRI adelanta que dará a
conocer mañana el retiro del apoyo a Paredes al no verse favorecido en las
encuestas.
No podría ser de otra manera ante el sorpresivo amumcio de
su propio dirigente.
Algo, sin embargo, no cuadra en toda esta maniobra política.
¿Acaso los promotores de Paredes y el propio PRI en la
impronta, nunca se dieron cuenta que, según la “Encuesta de Encuestas”, Xóchitl
alcanzó en la víspera del próximo 3 de septiembre una ventaja del 65% contra el
34% de Beatriz?
Olvidaron -tal vez de manera intencionada- que Xóchitl
alcanzó el 80% de la preferencia ciudadana mientras chocaba con López Obrador
tras los señalamientos en su contra de presuntos contratos millonarios a los
que la opositora desafió:
Reto a López Obrador: “si él me demuestra esos contratos por
mil 400 millones, renuncio a la candidatura y si no que él renuncie también a
la Presidencia, por mentiroso”.
O, tal vez a los fanáticos de Paredes se les despertó la
hormona al percibir que las simpatías
por Xóchitl bajaron al 59% los primeros días de este mes sin notar que en
cuestión de días subieron para alcanzar, a partir del 23 de agosto el 61% y el
pasado fin de semana el 65%.
Pareciera que los reticentes prefirieron crear percepciones
confusas llegando a grado tal de apostar y así manifestarlo en las redes, que
lo que más convenía a los mexicanos sería que Xóchitl fuera la próxima jefa de
Gobierno de la Ciudad de México y Paredes la presidenta de México.
Luego los golpes bajos.
Paredes empezó un sutil pleito discursivo contra su
adversaria, luego las indirectas para que en abierto se sumaran sus seguidores
al golpeteo.
Lo del diferendo Xóchitl-Beatriz desde sus respectivos
destapes se hizo patente hasta en el Huipil. “Me encanta que Xóchitl vista como
yo”, dijo la rival tras presumir que iba arriba en las encuestas el 12 de
julio, justo cuando la odiada compañera estaba en el cenit de la popularidad.
Los aplausos de su grupo no cesaron, sin embargo, se
empezaron a dar señales en contrario.
La más clara la dio
Roberto Madrazo Pintado, excandidato presidencial y exdirigente del PRI al
señalar: “Beatriz Paredes perdió dos veces la elección para la Jefatura de
Gobierno de la CDMX en 2006 y en 2012. No ha ganado una sola elección en los
últimos 25 años. Sus cargos como diputada, entre 2000-2003 y 2009-2012, y como
senadora en 2018, los consiguió por lista (plurinominal)”
Hoy, a hechos consumados todo indica que Paredes, al igual
que Santiago Creel y Enrique de la Madrid les tocará hueso si le ganan a López
Obrador.
La oposición, el viejo PRI, su nomenklatura y aliados que
todo el tiempo se la pasaron gritando que no había que pelear entre aliados y
que se debía ir por la unidad -poniendo desde luego en primer lugar a Beatriz-
lo único que dejó claro es el pretendido dicho de “hágase la voluntad de Dios,
en los bueyes de mi compadre”.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo