Daniel Badillo

Bipartidismo

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DANIEL BADILLO

 

Tras los resultados de la histórica elección del primero de julio, no es difícil anticipar que México se encamina al bipartidismo. La existencia de varios institutos políticos que, incluso, estarían por desaparecer del escenario nacional, demuestra que no tenían razón de ser. Y es que formar partidos políticos se volvió en los últimos años un negocio rentable para ciertas personas que hicieron de ello su modus vivendi. Muchos analistas consideran que ante la recomposición de fuerzas tanto en el Congreso de la Unión como en los estados de la República, únicamente el Partido Acción Nacional estaría en condiciones de ser un verdadero contrapeso para Morena, a quien algunos identifican como el “nuevo” PRI.

 

De tal manera que la izquierda estará representada básicamente por Morena y la derecha por el PAN, así de simple y sencillo. En el caso del PRI le llevará años, lustros, decenios quizás volver a ser una opción para la sociedad. Si bien durante su historia hubo avances notables en materia de infraestructura con la creación de instituciones que permitieron mejorar las condiciones de vida de la población, lo cierto es que con el transcurrir del tiempo se desvirtuó su sentido social y muchos de quienes gobernaron a través de sus siglas terminaron convertidos en asquerosos delincuentes pues más que pensar en el bienestar de los ciudadanos, pensaron en su propio beneficio y con ello cavaron la tumba del partido. ¿Nombres? Muchos. Sería imposible enlistarlos pero basta recordar a Javier Duarte de Ochoa y sus secuaces, para entender que fue más que justificado el reclamo en las urnas tanto en el 2016 como en el 2018 al votar por otras opciones políticas.

 

Son tiempos de grandes cambios y transformaciones. Los mexicanos tendremos que irnos adaptando a esta nueva realidad donde el combate a la corrupción y la austeridad deben ser la mística de trabajo de toda autoridad a partir de ahora. Desde luego los más preocupados son quienes han utilizado el poder para enriquecerse de manera vil y cobarde. Personas que llegaron con una mano atrás y otra adelante, y una vez encumbrados en el gobierno se volvieron prósperos “empresarios” con ranchos, mansiones, gasolinerías y vehículos que no tiene ni Obama. Y es que como lo decía López Obrador, el cambio debe empezar de arriba hacia abajo. Si el presidente, el gobernador, el alcalde y demás autoridades actúan conforme a la ley y dan buen ejemplo, los demás servidores públicos tendrán que actuar de la misma forma. No obstante, conozco a verdaderos caraduras sin escrúpulos para quienes vivir fuera del presupuesto es vivir en el error. Son tan acomodaticios que brincan de un barco a otro pervirtiendo todo lo que tocan y corrompiendo a cuanta persona se les pone enfrente, con tal de seguir manteniendo privilegios mal habidos. Ojalá que los nuevos gobiernos no sean seducidos por esta clase de pillos que todo lo compran y todo lo ensucian. Aunque a decir verdad, dudo mucho que en seis años se pueda erradicar la corrupción en este país.

 

POSDATA:

 

Concluida la elección, Cuitláhuac García Jiménez deberá tener mucho cuidado con la integración de su próximo gabinete. En espacios de opinión se especula que algunos especímenes de dudosa reputación, se aprestan a tomar por asalto varias oficinas. Son tan descarados que ya hasta andan repartiendo puestos en los cafés de la ciudad. Lo peor que le podría ocurrir a Veracruz es que el cambio termine siendo más de lo mismo. Mucho cuidado Cuitláhuac, hay algunos que venden espejitos y acaban llevándose el botín completo. Ya veremos con el tiempo quiénes son esos “cerebros” que se andan candidateando para secretarías, direcciones y jefaturas de área. Ni la burla perdonan.

 

mariodanielbadillo@hotmail.com

 

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