BREVE PASEO POR EL AYER (I)
BREVE PASEO POR EL AYER (I)
René
Sánchez García
La antigua Calle Real de Coatepec, conocida hoy
como Pedro Jiménez del Campillo, es
quizá una de las arterias más conocidas y transitadas, desde tiempos remotos a
la actualidad; por ello guarda muchos recuerdos de hechos, sucesos y
personajes, mismos que existieron y dieron vida en un tramo de su historia como
ciudad. En lo particular la recuerdo y vienen siempre a mi memoria y en mis
sueños, ya que allí viví una buena parte de la infancia y de la juventud. Por
ello, deseo en este espacio recordar personas y en lo futuro sucesos.
Como olvidar su primera calle siempre llena en
ambas aceras por los viejos camiones de pasajeros de la línea cooperativa “Excélsior”, manejados por años por los
señores: Abraham D. Contreras y Silvestre
Castañeda. Junto a dichas oficinas en esa casa de piedra de la época
porfiriana, seguía una ostionería de muchos años establecida. Seguido por la
famosa Agencia de Publicaciones de Don Vicente
Hernández, más conocido como “El
muégano”, donde todo el mundo hacía fila por los cuentos de Memín Pinguín,
Lágrimas y Risas, así como por Alarma y Alerta, para aquellos tiempos lo más
cultural popular para leer.
Juntito, una papelería antigua llamada “Elite”,
cuyas propietarias eran unas señoritas de apellido Ronzón. Luego se me pierde la memoria, pero estaba otra papelería,
cuyo propietario era jalapeño y finalmente la esquina donde por mucho tiempo se
estableció una farmacia de mucho lujo, propiedad de Francisco “Panchito” Reyes.
Caminando sin perderse, en la otra esquina estaba un establecimiento de
ultramarinos, donde la especialidad eran los vinos, quesos, carnes y demás
cosas para el paladar venidas de España. Igual por años se encontraba un
establecimiento de ropa y telas, cuyo dueño fue siempre el señor González. Viene después otra farmacia de
lujo, propiedad del galeno Jorge Gálvez
Contreras. En una casa colonial estaba la Notaría Pública 1, atendida por el
licenciado de apellido Gorozpe. Como
olvidar, en medio de estas, se encontraba el Colegio José de Jesús Rebolledo, de mucha tradición cristiana en
Coatepec.
Llegando a la esquina con Zamora, nos
encontramos con una ferretería, cuyo propietario era un señor muy dinámico,
siempre vistiendo camiseta de algodón, de apellido Segovia. Caminando en la misma dirección nos encontrábamos con las
oficinas de Correos, a cargo de don Maximino Gómez Cabrera y sus carteros.
Después de lo que es hoy la Escuela México, se encontraba el famoso compositor
cubano Emilio Renté, quien muy aparte
de escribir “mambos”, hacia muebles de madera para niños. Junto a él la famosa Panadería Coatepecana, donde laboraban
los famosos medios hermanos: Piki y Keny,
este último amante de la música de tríos y del beber.
Ya en la parte final de esa segunda calle,
recuerdo una sucursal de la tienda Singer,
que si mal no recuerdo atendió el famoso (según cuentan) novillero coatepecano: Valoy o Flojoil, seguido de la
relojería atendida por Isaías Contreras
Juárez, reparador oficial por años del vejestorio reloj de la iglesia
dedicada a San Jerónimo. Caminando hacia el barrio de “La Luz”, se encontraba
una vieja farmacia del mismo nombre. Le
solicito a mis lectores me ayuden con
esta tarea de recordar lo que existía en la primera y segunda calle de Jiménez
del Campillo, allá por los años sesenta,
a fin de que nadie quede en el olvido. (Continuará con la acera de enfrente…)