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CADA MEXICANO DEBE SER UN CONSTRUCTOR DE JUSTICIA

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CADA MEXICANO DEBE SER UN CONSTRUCTOR DE JUSTICIA

Pbro. Juan Beristain de los Santos

El evangelio de San Juan presenta la fiesta de Pentecostés como una revitalización y renovación de la comunidad de discípulos de Cristo, para que ésta, con la fuerza del Espíritu Santo, pueda vivir e instaurar el germen vital de una nueva sociedad fraterna en la justicia y en la paz.

La sociedad mexicana necesita también una revitalización y transformación en sus estructuras sociales para hacer realidad los anhelos de justicia y de paz de tantos ciudadanos, que viven hoy el debilitamiento del sentido profundo de una vida solidaría, del compromiso ciudadano ante los problemas sociales que se viven en México y de la vivencia de la dimensión comunitaria en el cuidado del medio ambiente.

La situación de inseguridad y violencia que se vive exige y demanda una verdadera formación ética en cada ciudadano que lo lleve a sentirse parte de la sociedad y, de este modo, pueda asumir responsablemente la tarea de trabajar comunitariamente para que haya desarrollo integral en cada rincón de México. Los ciudadanos mexicanos merecen, por toda la riqueza que hay en México, vivir con dignidad como signo de que se está luchando realmente por acabar con las condiciones estructurales de pobreza y marginación en que se encuentran más de 40 millones de mexicanos.

La conciencia ética y la luz interior no sólo ayudan descubrir que hay violencia e inseguridad en nuestra patria, sino que también muestran el camino correcto para emprenderlo y conseguir que muchos ciudadanos mexicanos abandonen la pobreza y entren al desarrollo económico, cultural y tecnológico que se merecen.

México necesita una verdadera formación ética y espiritual que permita a cada mexicano ser agente de cambio para generar un verdadero desarrollo integral. Cada mexicano debe ser, con ayuda divina, un verdadero constructor de justicia y de paz, pues es un derecho que cada persona asuma el destino de su existencia.