Cae el “Marro” … ¿Y Ovidio?
Por Edgar Hernández*
¡Se
reparten el país los carteles Jalisco y el de Sinaloa!
En
medio del festejo oficial por la captura de José Antonio Yepez, “El Marro”,
flota el fantasma de los 53 mil muertos resultantes de la lucha entre Cárteles
y manotazos al avispero de parte del gobierno de López Obrador, en los últimos
18 meses.
Queda
en el ánimo ciudadano la entrega en charola de plata de la plaza nacional a los
dos cárteles más poderosos protegidos por la actual administración, uno de
ellos, el Jalisco Nueva Generación, quien dio una clara muestra de poder al
exhibir, el pasado 21 de julio, notable poderío militar y un ejército de élite
que solo responde al grito de “El Mencho”.
Ello
en respuesta a la visita de AMLO a las plazas en disputa entre criminales.
“Es
lo que nos heredaron”, justificó López Obrador, mientras su jefe de la Guardia
Nacional, Alfonso Durazo, solo atrevió a sostener que era un “montaje”.
La
brutalidad realidad, sin embargo, son los asesinatos de 5 mil 800 mujeres y la
ejecución de mil 800 menores en menos de dos años. Lo de hoy son las plazas
confinadas donde solo hay paso libre para los malandros, y lo que es un hecho
es que los únicos dueños de las aduanas son los criminales.
Son los
que tienen bajo control el huachicoleo y tienen de rodillas al gobierno con
exigencias de extradición de “El Chapo” para que compurgue sus penas en su casa
a cambio de entregar a la 4T parte de su fortuna en dólares.
Esa
es la herencia AMLO.
Los del gobierno del cambio podrán festejar en todos los tonos que quieran la captura de “El Marro”, considerado como un delincuente menor por sus hermanos mayores Nemesio Oseguera y Ovidio Guzmán, sin embargo, el cáncer ya hizo
metástasis.
Los del CJNG y el Sinaloa en los hechos controlan la economía nacional y tienen
agarrados de los tanates a los morenos.
Lo
del “Marro” más que motivo de alegría nacional debe interpretarse como una
acción oficial para regresar al CJNG una plaza que venía reclamando a sangre y
fuego desde hace tiempo.
Ni
el Bajío estará más seguro con la aprehensión del líder del Cártel de Santa
Rosa de Lima, ni el huachicoleo terminará.
Tampoco
los secuestros llegarán a su fin.
La
plaza solo cambió dueño y no es precisamente el gobierno ya que es un hecho que
vivimos un narcoestado con la venia del ejecutivo que podrá justificarse con
todas sus tonterías y ocurrencias mañaneras para maquillar su incapacidad para
gobernar, pero lo que nunca podrá ocultar es su alianza criminal con quienes en
realidad mandan en México.
Tiempo
al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo