Cambiar en libertad y democracia
Cambiar en libertad y democracia
Entre Columnas
Martín Quitano
Martínez
twitter: @mquim1962
“Mi
ideal político es el democrático,
cada uno debe ser respetado como persona
y
nadie debe ser divinizado”.
Albert Einstein
Nuestras frágiles condiciones
sociales e institucionales nos marcan diariamente y nos mueven a reflexionar que
las dificultades se acrecientan y las esperanzas se dislocan ante los sucesos
diarios, nos impiden sustraernos de las
malas y dolorosas noticias que rompen con imaginarios de mejora en nuestras
vidas. ¿Cómo no pensar en ello y querer pasar sin opinar?
Sería absurdo pensar que
cualquiera de las administraciones federal, estatales o municipales podrían dar
soluciones mágicas a las complejas y trágicas condiciones en las cuales nos
encontramos, sin embargo el tamaño del reto es de tal magnitud que es obligado
pensar que se requeriría de algo más que la llegada de hombres honestos para
enfrentar y resolver nuestras carencias y problemáticas.
Es claro que no es suficiente
tener buena voluntad para gobernar, porque por más que se diga en campaña, no
existen las soluciones rápidas, la violencia, la pobreza y inseguridad, por ejemplo, no se terminan por
decreto.
Nuestro país ha ido
profundizado sus problemas. Las condiciones que favorecieron la desigualdad, el
abuso, la arbitrariedad e impunidad, pareciera que, y pese a los discursos que
las niegan siguen allí; la corrupción arraigada en los ejercicios públicos y
privados, la inseguridad y la violencia instalados en nuestras vidas, tocando
las puertas de todos, esparciendo el miedo, el terror, en todas partes, cegando
oportunidades, lacerando vidas y productividades.
Sin embargo, a contramano y
pese a las denostaciones han habido y hay, actores sociales y políticos que
trabajan contra la ilegalidad y por mejorar nuestra difícil y larga travesía
democrática, que han señalado y propuesto mecanismos e instituciones que corrijan
la vida social y publica, defendiendo y apoyando para lograr un sistema
democrático que dé resultados distintos a los que cobijaron la barbarie, la
injusticia, la corrupción y la impunidad. Organizaciones sociales y personas que
abrieron espacio a debates por los derechos humanos y la diversidad, por el
rescate ambiental y los derechos a la pluralidad.
La vida nacional, debe
entenderse, es un mosaico amplio donde la convivencia en libertad y con respetos básicos, fue construyéndose a
tirones y a contracorriente de gobiernos y poderes facticos autoritarios,
estableciendo espacios y fortaleciendo a
una sociedad que, aun con fuertes contradicciones, ha conformado un conjunto
democrático, institucional y legal que pese a sus fragilidades hay que defender.
Una demanda incuestionable es
que se modificaran o cambiaran las cosas que no funcionaran correctamente, que
se recompusiera el entramado institucional y social que debía de modificarse,
que se procuraran las condiciones para tener una vida digna, el asunto es como,
de qué forma se han logrado o no, mientras tanto la polarización y la
irascibilidad social se acentúa, si los responsables de aplicar la ley, de
gobernar y administrar, son intolerantes
o incapaces.
Lograr sacar adelante al País
y a Veracruz, no puede permitirse vulnerando las instituciones y las leyes, no puede si se insiste en
debates y confrontas que poco o nada ayudan a un ejercicio de gobierno que
obligadamente debe de llamar a la reconciliación, al respeto de las leyes, al
imperio de un estado de derecho que históricamente ha sido violentado y pasado
por alto, generando estos niveles de descomposición existentes.
Hoy más que nunca las
transformaciones que nos son inaplazables deben no solo ser impulsadas por
hombres y mujeres honestos, sino también por hombres y mujeres capaces, con
voluntades expresas en reconocer las limitaciones y las fortalezas que se
tienen en lo individual, en la sociedad y las instituciones. Se requieren
visiones y hechos que dejen atrás el maniqueísmo, las actitudes chatas y
limitadas de supremacía moral, de rudeza y soberbia; se necesita que se asuman
las responsabilidades con humildad y se dejen atrás las innegables simulaciones
y dobles lenguajes.
México y Veracruz viven pesadillas. No se
puede continuar abonando la intolerancia y la ineficiencia. Buscar el refugio
irreductible de la posesión de la palabra verdadera, sin rectificar, sin
reconocer que hay mucho por hacer y que en ello se debe empeñar toda la
tolerancia en una convocatoria y búsqueda de coincidencias posibles para
resolver nuestros problemas.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Está por ser definitiva, sin cambiar una
coma.